La constante suba de impuestos y costos asociados a la vivienda genera un fuerte impacto en el mercado de alquileres, donde los inquilinos son quienes terminan absorbiendo la mayoría de los incrementos. Así lo expresó Adrián Torres, presidente de la Asociación de Inquilinos, en diálogo con Radio Up 95.5.
“Todos los costos que tienen que ver con la propiedad, como las expensas comunes, siempre los termina pagando el inquilino”, explicó Torres. Según él, aunque el propietario sea el responsable de ciertos impuestos, estos aumentos son trasladados al precio final del alquiler. “Indudablemente se van a trasladar al costo del alquiler”, añadió.
En este sentido, la problemática no se limita únicamente a los aumentos en los costos directos de la vivienda. Torres destacó cómo los salarios se “plancharon”, afectando el poder adquisitivo de los trabajadores: “se pulverizaron los salarios y no hay de dónde más sacar”. A esto se suma un contexto de estanflación, donde la falta de consumo frena aumentos abruptos de precios, pero mantiene un panorama incierto y precario.
Para Torres, la derogación de la Ley de Alquileres no solo no resolvió los problemas estructurales del mercado, sino que agravó la situación. “Hoy, los inquilinos no tienen defensoría alguna, ni una ley que los proteja. Más del 60% del salario se destina a sostener los altos costos de la vivienda y los servicios”, señaló.
El déficit habitacional, que afecta a más de 7 millones de viviendas en el país, es otro tema crítico que mencionó. La falta de inversión en obra pública y vivienda agrava aún más la crisis. “La plata de los impuestos debería volver en obras y servicios, pero hoy eso no sucede”, enfatizó y además calificó la situación como un “robo” hacia los ciudadanos.
Proyecciones para 2025
Con la renovación de contratos concentrada en los meses de diciembre y enero, las expectativas no son optimistas. En esta línea de ideas, instó a evitar abusos en las negociaciones de alquileres, pero reconoció que el panorama actual deja poco margen para una mejora real sin cambios estructurales profundos.
En definitiva, la crisis habitacional en Argentina continúa escalando, con los inquilinos como los principales perjudicados en un mercado que parece no ofrecer soluciones a corto plazo.