La violencia de género sigue en aumento en Argentina y el Estado, en lugar de reforzar políticas de prevención y contención, desfinancia programas esenciales. Así lo adviritó el abogado Julián Seniuk, en diálogo con “La Última Rosca” de Radio Up 95.5, donde expresó su preocupación por la eliminación de áreas claves de atención a las víctimas.
“Nos debemos ya el análisis de tratar de entender por qué desde el Gobierno ha comenzado una especie de desguace del Estado”, señaló Seniuk. “El Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad fue eliminado, pero la pregunta es: ¿quién se ocupa de la violencia doméstica? ¿Quién se ocupa de la violencia de género?”.
Los números son alarmantes. Según datos de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, “durante la feria judicial de enero del 2025, se atendió a 1.700 personas, lo que representa un incremento del 8% respecto al año anterior”. Lo más preocupante es que “el 60% de las víctimas fueron mujeres mayores de 18 años, mientras que el 27% correspondió a niños, niñas y adolescentes”.
Seniuk advirtió que “hoy, en muchos sectores, el machismo y la violencia de género se han vuelto a envalentonar porque desde el otro lado también hay un desfinanciamiento de muchos programas”. Además, explicó que “la ley de protección contra la violencia de género detalla seis tipos de violencia: psicológica, física, simbólica, ambiental, económica y patrimonial». Sin embargo, “el 96% de los casos registrados fueron de violencia psicológica”.
El problema no es solo la falta de recursos, sino también la falta de respuestas. “Cuando una mujer va a hacer una denuncia a la Policía de la Mujer, en muchos casos la hacen ir cinco veces porque en la primera no le pusieron la edad, en la segunda no le tomaron bien el DNI y en la tercera no registraron sus marcas de violencia”.
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Sobre la falta de asistencia, señaló: “¿Dónde van esas mujeres? Le pregunto a la provincia, a la policía, al gobernador, al intendente, a los concejales, a los diputados… ¿dónde está ese lugar donde las mujeres pueden ir después de hacer una denuncia?”.
Mientras tanto, las denuncias se acumulan y la respuesta del Estado sigue siendo insuficiente. “Si no invertimos ahí la plata, ¿en qué invertimos?”, apuntó Seniuk. “No podés recortar recursos en áreas sensibles de la vida en comunidad”.
En medio de este panorama desolador, la línea 144 sigue siendo una de las pocas herramientas de asistencia para mujeres en situación de violencia. “Con sus luces y sus sombras, es la línea habilitada para que las personas puedan recibir algún tipo de contención”, completó.