La psicóloga especializada en trata de personas y género, Daniela Gasparini, dialogó con Radio Up 95.5 durante el ciclo “La Última Rosca”, donde abordó de manera contundente las profundas cicatrices que la violencia de género y el acoso dejan en las mujeres.
En este sentido, la experta subrayó que estas problemáticas, que muchas veces pasan desapercibidas o son minimizadas, tienen un impacto devastador en la salud mental y emocional de las víctimas.
Gasparini comenzó la entrevista agradeciendo la oportunidad de discutir estos temas tan sensibles, enfatizando que se trata de problemáticas sociales que “le pueden pasar a cualquier persona en cualquier parte de nuestro país”. A su juicio, es crucial visibilizar que las situaciones de abuso, particularmente las de carácter sexual, ocurren con frecuencia dentro del ámbito intrafamiliar, lo que añade una capa de complejidad y dolor a las experiencias de las víctimas.
La psicóloga también destacó la asimetría de poder como el núcleo de estas problemáticas. “Lo primero que tenemos que entender cuando hablamos de este tipo de problemáticas es que se sustentan en las desigualdades, se sustentan en la simetría de poder”, afirmó, refiriéndose al aprovechamiento de la vulnerabilidad de las víctimas, especialmente en el caso de los niños, que además de su edad, pueden enfrentarse a otros factores de vulnerabilidad como la situación socioeconómica.
En tanto, Gasparini abordó la cuestión de la recuperación de las víctimas. Al respecto, comentó que la resiliencia es clave para superar estas experiencias traumáticas, pero enfatizó que la presencia del Estado es fundamental: “Es importante para esta recuperación y esta resiliencia que el Estado esté presente porque las políticas públicas son reparadoras”. Añadió que es vital que el Estado no solo prevenga estos delitos, sino que también brinde asistencia adecuada a las víctimas, incluyendo un ambiente seguro y el reconocimiento de sus testimonios.
Gasparini también abordó la importancia de evitar la revictimización de las víctimas durante los procesos judiciales, señalando que “un niño, una niña que fue víctima de violencia sexual, por ejemplo, no puede estar declarando bajo ningún aspecto en condiciones que no sean especiales”. Subrayó la necesidad de que las declaraciones de los menores se tomen en un entorno seguro, adaptado a su etapa evolutiva, y guiadas por profesionales especializados.
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La psicóloga también explicó cómo los agresores logran manipular a las víctimas, a menudo ganándose su confianza a través de diferentes estrategias, incluyendo las plataformas virtuales. “El perfil del agresor, del pedófilo, es básicamente ganarse la confianza de los niños y las niñas”, comentó Gasparini, citando ejemplos como los canales de YouTube donde algunos individuos buscan atraer la atención de los niños mediante trucos de magia.
En cuanto a la pedofilia, Gasparini fue categórica al señalar que se trata tanto de un trastorno mental como de un delito grave. Explicó que la pedofilia se clasifica como una parafilia, una desviación de la meta sexual típica, pero subrayó que, a diferencia de otras parafilias, «en todo momento es un delito, y es un daño a un tercero, a un niño».
Finalmente, Gasparini ofreció recomendaciones para las familias y la sociedad en general para proteger a los niños de estos peligros. Enfatizó la importancia de la supervisión y el control, especialmente en el uso de plataformas virtuales, donde muchos de estos abusos comienzan. “Es muy importante tener presente cuáles son las características de estas mentes que son criminales, que están buscando ganarse la atención y la confianza de los niños”, advirtió.
En un llamado a la acción, Gasparini instó a los adultos a estar atentos a las señales y comportamientos de los niños, y a creer en sus testimonios cuando expresan haber sido víctimas de abuso. “Es importante no desestimar el relato de los niños y las niñas y poder hacer un proceso de acompañamiento”, concluyó, subrayando la necesidad de una respuesta empática y profesional frente a estas situaciones devastadoras.