En cada temporada de fiestas, las luces y sonidos de la pirotecnia vuelven a encenderse, pero con ellas también lo hacen los debates sobre sus impactos negativos.
Lucas Gómez, activista y proteccionista animal, reflexionó sobre la problemática y dejó claro que el uso de pirotecnia no solo afecta a animales, sino también a personas vulnerables, como aquellos con problemas de audición o trastornos del espectro autista.
“La gente no se da cuenta del daño que provoca. Hay un montón de animales y personas que realmente la pasan mal”, afirmó en diálogo con “RX – Realidad Mixta” de Radio Up 95.5.
Desde su experiencia personal, Gómez explicó las medidas extremas que tuvo que tomar para proteger a sus perros: “Tuve que dejarlos encerrados y pedirle a un amigo que viniera a cuidarlos porque ellos sufren bastante. Es una situación muy triste”.
Pero los problemas van más allá de la molestia: “Hace un mes, uno de mis perros reventó el portón de casa con la boca por la desesperación. Cuando llegué estaba ensangrentado, con heridas, porque alguien había tirado un estruendo”.
La pirotecnia: un problema legal y cultural
A pesar de existir ordenanzas en varios municipios de Misiones que prohíben la pirotecnia de alto impacto sonoro, su implementación sigue siendo deficiente. Gómez lo explicó claramente: “Por más que modifiquemos las leyes, esto es una cuestión cultural. Si el municipio no trabaja en la concientización, no habrá cambios”.
Además, resaltó la incongruencia de algunas acciones municipales: “En 2023, candidatos que sancionaron la ley contra la pirotecnia usaron fuegos artificiales en sus cierres de campaña. Si ellos no respetan la normativa, ¿qué podemos esperar del vecino común?”
Gómez también destacó la falta de mecanismos efectivos de denuncia: “El 0-800, que figura para denunciar estos casos, solo funciona en horario comercial. No tiene sentido. Pero aun si funcionara las 24 horas, sin un cambio cultural, seguiremos igual”.
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Educación y sanciones como solución
Para el activista, la clave está en la educación y en mostrar consecuencias claras para quienes infringen la ley. “Hay que trabajar desde el municipio y en las escuelas. Es necesario que la gente entienda que tirar pirotecnia está mal. Si queremos cambiar, necesitamos sanciones grandes y visibles para que todos lo vean”.
Gómez señaló la importancia de cambiar la percepción social: “Es crucial que más personas vean esta acción como algo malo. Si logramos que el que tira cohetes esté en el ojo de la tormenta, habremos avanzado”.
Para Gómez, las fiestas pueden celebrarse sin necesidad de recurrir a la pirotecnia: “Desde que soy chico, siempre se entendió que la Navidad, el Año Nuevo o cualquier festejo incluían fuegos artificiales. Es hora de cambiar ese chip. Hay que entender que hay maneras de celebrar que no impliquen hacer daño. No necesitamos más leyes, sino más conciencia. Y esa conciencia comienza con educación, respeto y sanciones justas”, completó.