En un paso significativo hacia la vanguardia de la industria tecnológica, Argentina está preparando el terreno para convertirse en un proveedor clave de materiales esenciales para la electrónica, a través de la exportación de silicio. El país, único en América Latina con tres reactores nucleares en funcionamiento, proyecta comenzar a exportar estos materiales en 2025, generando ingresos estimados en 90 millones de dólares anuales.
En este sentido, Aníbal Blanco, ingeniero nuclear y vocero de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), dialogó con Radio Up 95.5 durante el ciclo “El País de la Libertad” y brindó detalles sobre la importante iniciativa.
El dopaje de silicio es un proceso crucial para la fabricación de chips y otros componentes electrónicos. Según Blanco, “el dopaje de silicio se hace para que el cristal de silicio se transforme en lo que conocemos como chips. Toda la computación, incluidos nuestros celulares, están formados por componentes extremadamente delicados, entre los cuales los más importantes son los chips”. El silicio dopado es esencial para la industria electrónica de baja, mediana y alta potencia.
El ingeniero explicó además que el silicio, en su estado natural, es un cristal perfecto, pero para que funcione como semiconductor, su estructura cristalina debe ser modificada. «Una de las formas de desviar los átomos de esa estructura cristalina es a través del bombardeo de radiación, en particular de neutrones. Los neutrones se producen en grandes cantidades en reactores nucleares», destaca Blanco.
El rol de los reactores nucleares en Argentina
Argentina cuenta con tres reactores nucleares en funcionamiento: Atucha I, Atucha II y Embalse. Además, está en construcción el reactor multipropósito RA-10 en el Centro Atómico Ezeiza, que será clave para el dopaje de silicio. “El nuevo reactor permitirá adoptar 80 toneladas de silicio por año. Este servicio podría posicionar a Argentina en el mapa internacional de abastecimiento de este insumo”, afirmó Blanco.
Blanco resalta la capacidad única de Argentina en América Latina: “Somos el único país en Latinoamérica que tiene tres reactores nucleares de potencia, y estamos construyendo y exportando reactores nucleares, compitiendo con países como Francia, Corea del Sur, Inglaterra y Alemania”. Esta capacidad de producción y exportación coloca a Argentina en una posición privilegiada en el sector nuclear global.
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Impacto económico y futuro de la industria
El potencial económico de esta iniciativa es significativo. Blanco estimó que “alrededor de 90 millones de dólares anuales” podrían ser generados a partir de la exportación de silicio dopado y otros productos derivados de los reactores nucleares. Este ingreso contribuiría sustancialmente a la economía nacional y al desarrollo tecnológico del país.
Además, la tecnología nuclear y la producción de materiales como el molibdeno-99, utilizado en medicina nuclear, subrayan el impacto positivo de los reactores nucleares en la sociedad. “Con un reactor nuclear estamos trabajando para encontrar y producir materiales que se usan en un hospital público para curar el cáncer”, enfatizó Blanco.
Por otra parte, la inversión estatal ha sido fundamental para el desarrollo de la energía nuclear en Argentina. “El Estado argentino ha aportado durante más de 74 años a la energía nuclear de uso pacífico. Es una política que atraviesa gobiernos”, explicó Blanco. Esta continuidad ha permitido a Argentina destacarse en el ámbito nuclear, no solo a nivel regional sino también global.
Con la puesta en marcha del reactor RA-10 en 2026, Argentina espera consolidar su posición como un proveedor clave de silicio dopado y otros materiales esenciales para la industria electrónica y la medicina nuclear. Esta iniciativa no solo fortalecerá la economía del país, sino que también contribuirá a la lucha contra el cambio climático y la transición energética.