Augusto Labella, es Educador Sexual y Consultor Sexológico y todas las semanas tiene su columna en el programa «Hoy en El País de la Libertad», dónde se refirió al Deseo y Falta de Deseo.
Primero vamos a distinguir que el Deseo no tiene que ver con la Excitación. Por lo general tendemos a pensar que cada “cosa” (emoción, sensación, cambio en el cuerpo, síntoma, etc.) en sexualidad es como un compartimiento estanco que no tiene nada que ver con otra cosa. Sucede de manera muy distinta a eso. El deseo (así como la excitación, el orgasmo, la resolución –de lo que hablaremos más adelante-) es una Fase dentro de la respuesta sexual. No es algo que tiene un inicio y un fin definidos, y sus causas son múltiples. Definimos al deseo como respuesta a una estimulación interna o externa, que se “construye” en el cerebro (nuestro órgano más sensual) y resulta de la sincronización de factores hormonales, de una disposición emocional particular, donde la memoria tiene un rol fundamental (para la creación de imágenes y fantasías); sumado a una base neurofisiológica y a inductores eficaces de sensaciones y sentimientos sexuales. Pero no quiero que se mareen.
Solo quiero, por ahora, que distingan entre el deseo, y la excitación. Esta última es una fase también, pero reflejada en la reacción a partir de cambios físicos (éste es el término clave) que se experimentan cuando hay una estimulación sexual externa o interna. El deseo se mantiene si se tiene una percepción clara de excitación.
Ahora bien, ¿puede haber “falta de deseo”? Bueno, en realidad hablamos de deseo hipoactivo que es pues es cuando no hay deseo sexual o sentís que está muy bajo. A eso hay que prestar mucha atención, y ocuparse, porque puede tratarse de una disfunción sexual y lo llamamos Trastorno del Deseo Sexual Hipoactivo (TDSH)
Este es uno de los problemas sexuales más comunes, aunque no lo creas. Puede que lo hayas experimentado desde siempre o que te haya empezado a suceder con el paso del tiempo. También puede ser que lo tengas todo el tiempo o solo en algunas ocasiones. Las personas que tienen TDSH tienen pocos o nada de pensamientos o fantasías sexuales. Por lo general no responden a las insinuaciones sexuales de su pareja (sea estable u ocasional), pierden el deseo sexual mientras tienen alguna práctica sexual, o simplemente la evitan.
Repasemos algunos de los mensajes que ustedes nos dejaron en las redes (recordá que todas las semanas hacemos encuestas y preguntas para que participes de la columna):
- “La tibieza y las vueltas”
- “El cansancio del trabajo”
- “¡La insistencia te baja un monón!”
- “Saber que después tengo que hacer alguna cosa no me deja concentrar”
- “El desinterés de la otra persona”
- “Que sean brutos y rápidos”
- “Que no haya una previa antes del encuentro (charlar, tocarse, etc.)”
Como decimos en criollo, algunas de estas cosas nos la “bajan” o nos la “secan”; muchas tienen una solución más inmediata porque es cuestiones de cambiar actitudes y conductas (propias o de la persona con la que estamos), pero a veces hay que trabajar un poquito más profundo. Por eso, vamos a resumir algunas cuestiones.
Las causas más frecuentes de la falta de deseo pueden deberse a
- ansiedad o depresión
- problemas con tu pareja
- problemas con tu imagen corporal
- estrés
- cansancio
- haber experimentado abuso sexual o trauma en el pasado
- niveles bajos de hormonas sexuales
- problemas médicos (cáncer, diabetes, problemas de corazón, esclerosis múltiple o problemas de vejiga)
- medicamentos como antidepresivos, medicinas para la presión arterial, quimioterapia y terapia hormonal de afirmación de género con base en estrógeno
Pero también te dejamos una listita para que puedas ir chequeando si podes ir haciendo alguna de estas cosas o cambiar algunas actitudes:
- Hacer ejercicios de Kegel, que pueden aumentar el flujo sanguíneo y la sensación en tus genitales (buscalos en internet, pero consultá a un especialista también).
- Hablar con tu pareja sexual sobre lo que te gusta y lo que no te gusta sexualmente.
- Explorar algún tipo de pornografía que te dé placer sexual.
- Masturbarte, posiblemente con vibradores u otros juguetes sexuales (solo si es algo que te hace sentir placer).
- Reducir el estrés a través de ejercicios de respiración, meditación-
- Tratar de dormir bien.
- Tomar menos alcohol, dejar de fumar y de consumir drogas.
- Hacer ejercicio con regularidad
Y como siempre mencionamos, ante situaciones no deseadas en tu sexualidad o en pareja, lo mejor es consultar con una persona especializada en sexología, relaciones y problemas sexuales.
Nos encontramos de nuevo los jueves a la mañana en “El País de la Libertad”. Siempre por una sexualidad libre, responsable, saludable y placentera.
Augusto Labella..
IG@augustolabellaok / FB: Augusto Labella