El verano trae consigo el disfrute al aire libre, pero también riesgos significativos para la piel. La dermatóloga María Navarro enfatizó la importancia de protegerse del sol, incluso durante actividades cotidianas como caminar.
“La gente supone que tomar sol es acostarse con una malla, pero no es así. Estar en contacto con el sol, en cualquier contexto, ya implica exposición a la radiación ultravioleta”, señaló en diálogo con Radio Up 95.5.
Uno de los errores más comunes es pensar que aplicar protector una sola vez al día es suficiente. “Los protectores solo duran dos horas. Si estamos al sol, debemos renovarlo. Y si estamos en contacto con agua, hay que aplicarlo con más frecuencia porque el sudor y el agua lo degradan rápidamente”, explicó la especialista.
Navarro recomendó protectores solares de factor 40 en adelante, señalando que “los factores 25 o 30 no son suficientes en nuestra provincia”. Además, sugirió optar por productos en emulsiones o líquidos durante el verano, ya que las altas temperaturas hacen que las cremas sean menos confortables.
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Exposición responsable
“La gente dice: ‘Siempre tomé sol y no tuve problemas’. Pero no es ahora cuando el daño aparece, sino años después”, advirtió. La acumulación de radiación en la piel, comparada por Navarro con una “alcancía”, puede desencadenar problemas graves como queratosis actínicas o cáncer de piel. Por eso, subrayó la importancia de evitar la exposición durante las horas pico: “Los adultos mayores deben hacer sus actividades temprano por la mañana, idealmente antes de las 9:30”.
Incluso en la sombra, la protección es clave. “La famosa resolana es engañosa. Aunque no sentimos los rayos infrarrojos que generan calor, seguimos recibiendo los ultravioletas”, explicó.
El mito de los protectores naturales
Navarro desaconsejó rotundamente el uso de aceites, hierbas o mezclas caseras como protección solar. “No existen protectores naturales. La única protección efectiva es la química o mediante barreras físicas, como sombreros, anteojos y ropa adecuada”, afirmó.
Un tema recurrente es cómo combinar el protector solar y el repelente. “El protector debe ser siempre lo último que uses. Sin embargo, los repelentes generalmente se aplican al atardecer, cuando ya no usamos protector”, aclaró.
“El problema no es inmediato, sino acumulativo. Nuestra piel merece cuidado y atención hoy para evitar problemas graves en el futuro”, concluyó.