En los últimos años, Argentina experimentó una reducción en la tasa de natalidad, pero esto no significa que haya un despoblamiento. Así lo explicó Rafael Rofman, investigador en demografía social del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), quien aclaró que el país sigue creciendo en población, aunque a un ritmo más lento.
En diálogo con “El País de la Libertad” de Radio Up 95.5, Rofman se refirió a si el país está enfrentando un proceso de despoblamiento, siendo categórico en su análisis: “Es una pregunta muy buena porque tiene una respuesta muy fácil. No, de ninguna manera. La población argentina está creciendo. Lo que está ocurriendo es que ha bajado la velocidad a la que crece, que nace menos chicos, y estas tasas se mantienen. Argentina va a seguir creciendo al menos durante 20, 25 años y después puede ser que empiece a declinar muy despacito”.
Según las proyecciones, el país mantendrá una población estable durante los próximos 50 años, por lo que, para el especialista, es un error hablar de despoblamiento. “Lo primero que tenemos que hacer es sacar del medio el fantasma de este despoblamiento, que es un error, porque no tiene sentido”, sostuvo.
Sin embargo, Rofman advirtió que la dinámica poblacional está cambiando y esto requiere repensar las políticas públicas. “Tenemos que pensar en una sociedad distinta, una sociedad más envejecida, una sociedad con menos chicos y más adultos mayores, una sociedad que la tiene mucho más fácil para la educación, pero más difícil para la salud y las jubilaciones. Entonces, tenemos que ir cambiando las políticas tecnológicas”.
Menos embarazos adolescentes y un cambio en las clases con menor educación
Uno de los principales factores que explica la caída en la tasa de natalidad en Argentina es la disminución de embarazos en adolescentes y en sectores con menor nivel educativo. “El número de nacimientos en mujeres menores de 20 años es un tercio de lo que era hace 10 años”, destacó Rofman.
Este fenómeno se enmarca en una tendencia global que comenzó hace más de dos siglos, pero que en Argentina se aceleró a partir de 2014. “La buena noticia es que lo que pasó tiene que ver fundamentalmente con un cambio social y cultural de las mujeres jóvenes argentinas: están más empoderadas, más decididas a hacer lo que quieren y no lo que deben, con más oportunidades”.
Además, la caída de la natalidad se produjo con mayor intensidad en los sectores más vulnerables. “Además de bajar entre las mujeres más jóvenes, también bajó más rápido entre las mujeres menos educadas. Y eso es buenísimo. Antes, había amplias poblaciones más vulnerables que tenían muchos hijos y hoy esas mujeres están finalmente logrando acceder a controlar su fecundidad, a tener el número de hijos que quieren y no el que les toca. Eso es un golazo y es muy bueno no solo para ellas, sino también para la sociedad”, afirmó el especialista.
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Un desafío y una oportunidad para el futuro
Para Rofman, la reducción de la natalidad no es un problema, sino una oportunidad que el país debe aprovechar. “Me parece que el peor error que podemos cometer es creer que esto es un problema. Esto es una bendición. Lo que es un problema es no hacer nada al respecto, tomarlo como algo que pasa mientras seguimos creyendo que vivimos en 1950”.
Uno de los principales desafíos que plantea esta nueva realidad es la mejora del sistema educativo. “Hoy en día, por primera vez en la historia argentina, los ministros de Educación de las provincias, en lugar de pensar cómo construir más escuelas o contratar más maestros porque vienen más chicos, ahora tienen que pensar que el año que viene van a venir menos chicos que el año pasado. Y eso significa que pueden poner más maestros en cada aula, reducir la cantidad de alumnos por clase o mejorar la formación docente”.
Por último, Rofman subrayó la importancia de adaptar el mercado laboral y el sistema previsional a este nuevo contexto: “Las sociedades modernas responden a estos cambios asegurándose de que quienes trabajan sean mucho más productivos. Como no va a seguir creciendo la población, lo que tiene que crecer para que seamos más ricos es cuánto produce cada persona. Y para eso, la educación debe ser mucho mejor”.