La inflación de Argentina, según el INDEC correspondiente a mayo, arrojó un 1,5%, el más bajo desde mayo de 2020. Sin embargo, la reacción social fue muy distinta al festejo oficial: en muchas familias, la sensación sigue siendo que el sueldo no alcanza. Esta tensión entre los datos técnicos y la percepción del bolsillo fue analizada por el economista Juan del Bianco en diálogo con “La última rosca” por Radio Up.
“Un dato claramente positivo”, reconoció Del Bianco sobre el 1,5%. “Por un lado, estuvo por debajo de las expectativas: distintas consultoras estaban esperando un dato de entre 1,7% y 2,5%. Y por otro lado, es el dato más bajo desde mayo de 2020. Si no tomamos en cuenta los datos que salieron durante la pandemia, que fue una situación particular, es el dato más bajo desde noviembre de 2017”.
Además, remarcó que se trata del primer índice posterior a la apertura del cepo cambiario: “Este dato es el primero, o el segundo, desde cuando se liberó el cepo a mediados de abril. Se hablaba de que eso podía llevar a un aumento de la inflación, pero se está viendo una caída bastante importante”.

¿Por qué bajó la inflación?
Entre los factores que explican esta desaceleración, Del Bianco mencionó:
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La baja en la emisión monetaria: “Todo apunta a que el Gobierno ha logrado bajarla, y en general se la toma como el principal causante de la inflación”.
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La caída de precios estacionales: “Frutas y verduras tuvieron caídas del orden del 8%, que llevan el dato general hacia abajo”.
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El consumo planchado: “La demanda sigue siendo débil, lo que también contribuye”.

“Este número intenta resumir muchísimas situaciones”
Frente a la pregunta de por qué baja la inflación pero igual no alcanza la plata, el economista fue contundente:
“Este número, este 1,5, es un número que intenta resumir muchísimas situaciones. Se construye en base a una canasta de bienes, y no va a tener la misma magnitud si miramos distintos sectores o distintas regiones”.
Además, advirtió sobre el efecto real en el poder adquisitivo: “El aumento de los precios, si no se acompaña con un aumento en el salario, va a seguir erosionando el poder adquisitivo por más que la inflación esté bajando”.
Por ejemplo, señaló que el rubro comunicaciones tuvo fuertes aumentos en mayo, lo cual no impacta igual a todas las personas. En contraste, alimentos y frutas cayeron, pero no necesariamente eso se traduce en alivio en todas las mesas.

Canasta básica vs. sensación social
El programa también repasó los datos actualizados del INDEC sobre la canasta básica total, que define el umbral de pobreza:
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Una familia tipo de cuatro integrantes necesitó $1.110.623 para no ser pobre.
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Para no caer en la indigencia, el mínimo fue de $520.181.
Los periodistas señalaron que esos montos no contemplan plenamente servicios privados, transporte urbano, educación o cuotas universitarias, y la audiencia lo sabe: “No te rinde, no me está cerrando”, comentó la conductora Soledad, que hizo un repaso de sus propios gastos mensuales en tono irónico pero ilustrativo: “Tengo dos facultades, dos chicos, y ya me quedé pobre”.

Expectativas para el segundo semestre
Respecto al futuro inmediato, Del Bianco sostuvo que “la trayectoria general fue descendente” desde el inicio del gobierno de Javier Milei. No obstante, alertó sobre las incertidumbres: “Obviamente, este año tenemos un punto importante con las elecciones legislativas. A partir de ese momento se hace más difícil proyectar, porque hay que proyectar también un resultado político”.
Consultado sobre la posibilidad de sostener estos niveles bajos de inflación, fue prudente: “El dólar siempre es la variable más difícil de predecir, es sobre la que el Gobierno tiene menos control”.
Y cerró con una advertencia: “Por ahora se ha visto un comportamiento más esperanzador de lo que se pensaba, pero no sé si es suficiente para hablar de estabilidad”.