Pasadas las 6.30, los bomberos de la Policía recibieron una alerta de incendio. Un vehículo estaba ardiendo por calle Paraguay e Yrigoyen, en pleno centro de Corrientes.
Al llegar a la escena, los efectivcos constataron que se trataba de un vehículo de color azul, patente SZM 068, por lo que desplegaron una manga a fin de sofocar las llamas que ya habían tomado todo el vehículo.
En el lugar, los bomberos hallaron un acelerante a base de hidrocarburos en la parte posterior del vehículo, tirado en el piso. Los inspectores de Tránsito fueron quienes convocaron a los bomberos al lugar, donde el vehículo quedó completamente destruído.
Increíblemente, se constató que fue el propio dueño quien lo había incendiado en presencia de los agentes de tránsito y la Policía: lo habían demorado para un control que claramente no iba a pasar.
El vehículo no solo estaba «flojo de papeles» sino que además su conductor de apellido Barrientos estaba visiblemente alcoholizado y furioso por la multa que ya le estaban haciendo: decidió que nadie secuestraría su auto y lo prendió fuego.
El violento berrinche le costó un auto, además de varias multas. También puso en peligro a los funcionarios, los agredió, causó desorden en vía pública alterando la paz del barrio, y se ganó una estadía en un calabozo de la Comisaría
(Fuente: Época)