En un nuevo golpe al contrabando, efectivos de Gendarmería Nacional pertenecientes al Escuadrón 7 Paso de los Libres “Cabo Misael Pereyra” realizaron un importante procedimiento sobre la ruta nacional 14, en el marco de una orden judicial que ordenaba la apertura de siete bultos con mercadería ilegal.
Las encomiendas, que habían sido despachadas desde la provincia de Misiones con destino final en la provincia de Buenos Aires, despertaron sospechas en el marco de tareas de control y vigilancia que lleva adelante la fuerza federal en puntos estratégicos del país.
Al proceder a la apertura de los paquetes, los gendarmes constataron la presencia de 250 teléfonos celulares de distintas marcas y modelos, junto con 84 tabletas digitales. Todos los equipos carecían de documentación respaldatoria y no contaban con el pie de industria, lo que indicaba que podrían haber ingresado al país de forma ilegal.
La mercadería incautada no presentaba aval aduanero ni ningún tipo de documentación que justificara su ingreso legal al territorio nacional, por lo que se dio intervención al Juzgado Federal y la Fiscalía Federal de Paso de los Libres, quienes dispusieron el secuestro preventivo de la totalidad de los bienes en presunta infracción al Código Aduanero.

La mercadería ilegal fue secuestrada por Gendarmería Nacional
Los elementos electrónicos quedaron a disposición de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), organismo que determinó que el valor estimado de la carga asciende a $161.681.870, constituyéndose así en uno de los decomisos más relevantes del año en materia de contrabando tecnológico en la región.
Este operativo se enmarca en las acciones conjuntas de prevención y fiscalización que buscan combatir el ingreso ilegal de productos electrónicos al país, que suelen tener como destino final el mercado informal, afectando tanto a la industria nacional como a los canales de comercialización legal.
Las autoridades recordaron que este tipo de infracciones no solo representa un perjuicio económico al Estado, sino también un riesgo para los consumidores, ya que muchos de estos productos no cuentan con garantías ni certificaciones técnicas que aseguren su calidad o procedencia.
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