El jefe de Gabinete ratificó la decisión del Presidente de vetarla si el Senado la convierte en ley, pero adelantó cómo harán para pagarla si es que el Congreso la ratifica tras esa decisión del mandatario.
Buena parte de la oposición en la Cámara de Diputados dio una muestra esta semana de que el escenario político para el Gobierno puede ser aún más complicado que el que vivió en estos primeros 6 meses de gestión: le dio media sanción a un proyecto impulsado por la UCR para modificar la ley de movilidad jubilatoria que permita recuperar los ingresos que fueron licuados por la inflación desde diciembre del año pasado.
Rápidamente, el propio presidente Javier Milei aseguró que vetará esa medida si es que el Senado la convierte en ley: “Me importa tres carajos”, dijo el mandatario, quien calificó públicamente a los legisladores que apoyaron la medida como “degenerados fiscales”.
Ahora bien, más allá de un eventual veto, el Congreso tiene la potestad de ratificarla: debe hacerlo con los dos tercios de los votos de ambas cámaras, un número que algunos se animan a decir que pueden conseguirlo.
Ante eso, en las últimas horas el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ratificó la decisión del Presidente de vetar el proyecto si se convierte en ley, aunque también adelantó qué harán si efectivamente, tras ese eventual veto, el Congreso la ratifica.
“Aunque los diputados quisieran insistir con los dos tercios de los votos, el Gobierno tiene claro que esto de ninguna manera va a impactar la decisión firme del Presidente de mantener el déficit cero”, analizó Francos.
Enseguida, en diálogo con el periodista Eduardo Feinmann en LN+, explicó cómo afrontarán el pago de esa nueva fórmula jubilatoria: “Si esto sucediera, lo que dicen algunos diputados que puede suceder de insistir con los dos tercios ante un veto del Presidente, claramente lo que va a hacer el Gobierno nacional es cortar otras partidas para poder financiar lo que salga en esa ley”, sostuvo, y advirtió que habrá “recortes de todo tipo”.
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