La Selección Argentina derrotó a Brasil en el Estadio Maracaná por 1 a 0 con un golazo de cabeza de Nicolás Otamendi. De esta manera, la Albiceleste le quitó el invicto histórico a la Verdeamarela jugando de local por Eliminatorias Sudamericanas. Primera derrota en toda su historia.
Sin embargo, la trascendental victoria estuvo marcada por un comienzo escandaloso que involucró a los futbolistas albicelestes, quienes decidieron abandonar el campo y dirigirse al vestuario en señal de protesta por las agresiones sufridas por sus hinchas a manos de la policía local. Este incidente retrasó el inicio del partido en casi media hora.
El capitán Lionel Messi, hoy aclamado como el «Gran Capitán» al igual que Daniel Passarella en el campeonato mundial de 1978, lideró a sus compañeros de equipo fuera del campo en un gesto que no solo expresaba solidaridad con los aficionados afectados, sino que también condicionó el desarrollo del encuentro.
Durante el tramo inicial del juego, la selección argentina mostró un desempeño irregular, reflejando las emociones y tensiones acumuladas. Este rendimiento recordó en cierta medida el partido anterior contra Uruguay en la Bombonera, donde Argentina sufrió una derrota por 2 a 0.
No obstante, a medida que el partido avanzaba, el equipo dirigido por Lionel Scaloni logró sobreponerse a las adversidades, consolidando su juego y controlando las acciones. La victoria por 1 a 0, con un gol que quedará grabado en la memoria de los fanáticos, no solo significó el cierre triunfal del año para Argentina, sino que también quebró la impresionante racha invicta de Brasil en casa.