Walter Feldman, presidente de a Cámara de Comercio de Bernardo de Irigoyen, brindó un panorama de la situación económica actual que atraviesa en zona de frontera y el impacto de las políticas nacionales en la importación y el comercio.
Al abordar el tema del flujo comercial en la frontera, Walter señaló: “Nosotros aquí en la frontera vemos el flujo, evidentemente, medida por todas las subas que hubo en el producto interno. Estamos luchando con el tema del real, que ha caído considerablemente hoy en día, prácticamente a 200 pesos”.
La fluctuación del real brasileño es un factor determinante en el comercio fronterizo. Walter explicó “Antes, por ejemplo, por 40 o 50 centavos de real, el combustible seguía siendo atractivo para los brasileños, pero ahora con la diferencia cambiaria, apenas tienen 70 u 80 centavos de diferencia, lo que reduce significativamente el margen de ganancia”.
Este cambio en los precios afectó tanto a las estaciones de servicio como a los supermercados, que solían atraer a los consumidores con productos más baratos en comparación con los precios en Brasil. Sin embargo, Walter señaló que aún se están viendo los efectos de esta situación “los supermercados han sufrido una reducción en su flujo de clientes, lo cual ha impactado negativamente en nuestras ventas”.
En cuanto al reciente anuncio del Gobierno Nacional de permitir el ingreso de productos importados de la canasta básica, Walter expresó su preocupación: “Hay muchas cosas de la canasta básica en Brasil que son más baratas que en Argentina. Esto ha provocado una invasión de argentinos a los supermercados del lado brasileño, lo que afecta aún más a nuestros comercios locales”.
Una de las principales preocupaciones es la preferencia de los habitantes de Irigoyen por realizar sus compras en Brasil debido a las facilidades de pago que ofrecen los comercios del país vecino. Walter explicó que “los colonos de la zona tienen la costumbre de comprar en Brasil, incluso cuando los precios son similares. Los supermercados brasileños ofrecen crédito sin intereses y cuentas corrientes, lo cual es difícil de competir para nuestros comercios locales”.
El problema se agrava con las limitaciones en la infraestructura de la aduana, que dificultan el ingreso y salida de vehículos. Walter lamentó que “solo se permite el ingreso y salida de dos vehículos a la vez, lo que genera largas esperas de treinta o cuarenta minutos, entonces pasan caminando y recorren muy poco, esto dificulta el flujo comercial”.
A pesar de los esfuerzos de la Cámara de Comercio por abordar estas cuestiones, Walter reconoce las limitaciones “presentamos propuestas y reclamaciones, pero la respuesta siempre es la misma: que estas cuestiones son competencia del Gobierno Nacional. Esperamos que algún día nuestras preocupaciones sean escuchadas y se tomen medidas para mejorar la situación en la frontera”.