El Congreso de la Nación debatirá hoy el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 179/25, a través del cual el Gobierno Nacional busca contraer un nuevo crédito con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La medida, lejos de solucionar la crisis, agravaría la dependencia del organismo internacional y profundizaría los desequilibrios económicos del país, según el economista y exdirector del Banco Nación, Claudio Lozano.
En diálogo con Radio Up 95.5, Lozano advirtió que el nuevo endeudamiento no resuelve el problema de fondo: “La ficción de mantener un dólar retrasado genera una desinflación en pesos, pero al mismo tiempo una inflación elevada en dólares”. Esto encarece los costos de producción local y favorece la importación, desplazando a las empresas argentinas del mercado y debilitando la competitividad de las exportaciones. “No es que no tengamos inflación como señala el gobierno, sino que tenemos otra inflación, pero en dólares”, sostuvo.
El especialista remarcó que el nuevo acuerdo con el FMI no es una solución, sino un paliativo para sostener una política económica que ya ha demostrado su inviabilidad: “Lo único que hace el acuerdo con el Fondo es actuar como una suerte de respirador artificial para que se mantenga la misma política que genera el déficit de divisas que hoy tiene el país”. En este sentido, alertó sobre la reducción constante de reservas en el Banco Central, que actualmente se encuentran en más de 11.000 millones de dólares en negativo.
Deuda para pagar deuda
Según Lozano, el Gobierno argumenta que este crédito no aumentará el pasivo del país, sino que permitirá cancelar parte de la deuda original adquirida en 2018 por el entonces presidente Mauricio Macri. Sin embargo, el decreto establece que los fondos también se utilizarán para saldar la deuda que el Tesoro mantiene con el Banco Central a través de las letras de tesorería. “Esas letras son un mecanismo interno que no tiene valor de mercado y se refinancia continuamente. En lugar de mantener esa situación, que no resulta costosa, lo que hacen es reemplazarla con una deuda exigible con el FMI, que tiene un valor de mercado, que tiene una tasa de interés del 6,5 % anual con lo cual es brutalmente más alta que las que se computan en las letras de la tesorería del Banco Central, y además, en contrapartida, te condiciona toda la política económica”, explicó Lozano.
De esta manera, la deuda con el FMI, que hasta ahora se mantiene en 44.900 millones de dólares, podría incrementarse entre 10.000 y 22.000 millones, según estimaciones del economista.
Ganadores y perdedores
Consultado sobre los beneficiarios de este nuevo acuerdo, Lozano señaló a “os grandes grupos empresarios y financieros que viven de la bicicleta financiera y del casino que han construido en la Argentina”. Explicó que estos sectores realizan una operatoria donde ingresan dólares, los convierten en pesos para aprovechar tasas de interés altas, y luego vuelven a dolarizar sus activos con ganancias extraordinarias. “En 2024, esta renta extraordinaria que estuvo entre el 35 % y el 60 % anual, y este año se ubica en torno al 18 % anual”, detalló.
Por el contrario, los sectores más afectados son los jubilados y trabajadores del sector público. “El FMI presiona por una reducción del gasto previsional y los jubilados han aportado el 17 % del ajuste”, denunció Lozano. Recordó que actualmente la jubilación mínima es de 349.000 pesos, un monto insuficiente para afrontar el costo de vida. Además, mencionó el recorte en programas sociales, salud y educación, junto con el impacto negativo en las provincias y el deterioro del empleo público.
Un decreto inconstitucional
Más allá del impacto económico, Lozano también cuestionó la legalidad del DNU. “La Constitución establece claramente que es el Congreso quien debe aprobar el endeudamiento. Incluso el artículo 76 prohíbe delegar esta decisión al Ejecutivo sin una base de negociación clara”, argumentó. Según el economista, este decreto no cumple con esos requisitos, convirtiéndose en un “cheque en blanco” para el Gobierno Nacional.
“Estamos repitiendo lo que ha caracterizado la historia de la deuda en la Argentina: procesos de endeudamiento ilegales que terminan agravando la crisis”, concluyó Lozano.
Mientras el Congreso debate la medida, la discusión sobre los costos y consecuencias de este nuevo crédito con el FMI se instala nuevamente en el centro de la agenda económica y política del país.