El 30 de enero de 2024 la empresa Neuralink, del millonario y filántropo tecnológico Elon Musk, afirmó haber implantado con éxito un chip neural en un ser humano.El nuevo chiche del empresario puede leer el pensamiento aún antes de que se exprese -incluso en sueños- y ejecutarlo. Llegó el fin de la privacidad mental.
Este evento es el inicio de la era del transhumanismo, el mejoramiento físico y cognitivo de la especie humana por medio de la tecnología.
Neuralink, al igual que otras empresas como, Synchron, Inbrain y Neurotech trabajan hace más de una década en el desarrollo de interfaces cerebro-computadoras (ICC) o Brain-Computer Interface (BCI), invasivos, semi-invasivos y no invasivos.
Los dispositivos de interfaz cerebro-computadora (ICC) invasivos, tuvieron su origen, en la década de los ’90 del pasado siglo XX, para permitir a personas con discapacidad motriz parcial o total, controlar dispositivos con meras órdenes mentales.
Los dispositivos ICC reconocen las ondas cerebrales (alfa, beta, delta, theta o gamma), que producen nuestros pensamientos, en estado de vigilia o sueño, y nos permiten caminar, hablar, dirigir nuestro comportamiento, y mediante controles e interpretación asistida por inteligencia artificial (IA); envían en forma de órdenes a otros dispositivos electrónicos como ordenadores, aires acondicionados, cafeteras, vehículos y asistentes informáticos inteligentes (Alexa, Siri, Cortana, etc).
Así a través sólo del pensamiento, sin tener que tipear o dictar por voz, puede escribirse en una computadora. También mediante una simple orden mental, puede encenderse un aire acondicionado, un equipo de audio, la TV, las luces de un hogar, activar o desactivar alarmas, pilotear vehículos aéreos no tripulados (VANTs) o drones etc.
Está tecnología basada en dispositivo ICC invasivo o chip neural, era la que el célebre astrofísico británico, Stephen Hawking (1942-2018) poseía, y pese a la parálisis total que padecía, fue lo que le permitía interactuar con el mundo.
Lo más destacable es que en esta década (2020-2030) y en la venidera (2030-2040), los dispositivos interfaz cerebro-computadora (ICC) no invasivos, serán el dispositivo que sustituirá al teléfono celular inteligente (Smartphone) como prótesis externa, por un dispositivo vestible en forma de casco neural, diadema, banda o vincha.
Actualmente, varias empresas como Emotiv, Neurosky, g-Tec, Brain Access, Brainlink, Bitbrain, OpenBCI, entre otras; ya comercializan ICC no invasivos en forma de vinchas, bandas, diademas o cascos neurales.
Estos dispositivos ICC no invasivos, como tecnología vestible como bandas, vinchas, diademas o cascos neurales permiten con el solo pensamiento controlar automotores; pilotear aeronaves y drones; dar órdenes a exoesqueletos y robots; participar de videojuegos (Neurogaming); permiten la comunicación cibertelepática con otros personas que utilicen ICC; insertan directamente información al cerebro como superación pedagógica y didáctica; sirven para el control mental interno (NeuroCoach); transmiten publicidad directa mediante una interfaz neural o Neuromarketing.
Como todo equipo electrónico los dispositivos ICC pueden ser riesgosos. Al acceder ilegítimamente a un dispositivo ICC o hackearlo, se puede acceder a información de origen neural del usuario, es decir, a su pensamiento, a su imaginación; y si se encuentra dormido, a sus sueños, como lo han demostrado los estudios de la Universidad de Berkley, EE.UU., y de la Universidad de Osaka, Japón.
Otra problemática es que por medio de estos dispositivos se puede extraer información no verbalizada, y por ende, sólo pensada, imaginada o visualizada mentalmente.
Incluso pueden extraerse datos neurales del inconsciente, que surgen durante el predominio de las ondas delta mientras soñamos, u, ondas theta presentes en estados de trance, hipnosis, meditación o espacios de introspección.
También, está neurotecnología puede ser utilizada para borrar recuerdos de una persona y editarlo mediante el implante de experiencias sensoriales no vivenciadas, a fin de que las asimile como recuerdos reales y los incorpore a su identidad e historia personal.
El profundo avance en Neurotecnologías ha llevado en los últimos cinco años a que organizaciones no gubernamentales (ONG) como la Fundación Neuroderechos (Neurorights Foundation) y que los propios Estados Nacionales, comiencen a proponer la protección de 5 Neurodechos básicos:
-Derecho a la privacidad mental o Neuroprivacidad;
-Derecho a la integridad mental o Neurointegridad;
-Derecho a la identidad o continuidad psicológica;
-Acceso equitativo a la tecnología de incremento de capacidad cognitiva;
-Derecho a la protección contras sesgos y discriminación.
Estos cinco neuroderechos ya encuentran recepción normativa en los siguientes instrumentos internacionales: Ley modelo de Neuroderechos para América Latina y El Caribe (PARLATINO); Carta de Derechos Digitales de España; Declaración de León sobre Neurotecnología Europea (Unión Europea).
Asimismo, en 2021 Chile fue la primer Nación en el mundo que consagró la protección de los neuroderechos en su Constitución Nacional, y el 9 de agosto de 2023, la Corte Suprema de ese país, dictó la primera sentencia vinculada a la protección de Neuroderechos, más precisamente del Derecho a la Neuroprivacidad o Privacidad Mental, en el precedente CSJ de Chile nº 105.065-2023 caratulado “Acción constitucional de protección de Don Guido Girardi Lavin contra la empresa Emotiv Inc.por venta y comercialización de dispositivo Insigth».
Así fue, que la Corte Suprema de la República de Chile, hizo lugar al amparo presentado por el ciudadano, Guido Girardi Lavin, contra la empresa neurotecnológica Emotiv, disponiendo que dicha compañía deberá eliminar sin más trámite toda información que se hubiera almacenado en su nube o servidores de la información o datos de origen neural (Neural-data) del usuario del dispositivo ICC, marca Emotiv, modelo Insigth.
(Fuente: Perfil)