Se realizó como es tradicional la Solemnidad de Corpus Christi con una multitudinaria celebración eucarística y procesión por las calles de Posadas. La fiesta fue organizada por algunos colegios, animada especialmente por los alumnos del Montoya, presidida por Monseñor Juan Rubén Martínez y acompañada por todos los sacerdotes de Posadas, Garupá y Candelaria.
Cómo es tradición en la diócesis de Posadas, la actividad se llevo a cabo en el Anfiteatro Manuel Antonio Ramirez y contó con la participación de miles de familias, que bajo el lema de “Te reconocemos al partir el Pan”, se unieron para celebrar una de las fiestas más importantes de la Iglesia Católica.
En su homilía, el obispo diocesano mencionó la cultura del encuentro y la necesidad de visibilizar a los otros. “Que bueno es poder celebrar juntos el Corpus Christi”.
El obispo recordó la tradición histórica de esta celebración, mencionando cómo en las Reducciones de las Misiones, hace siglos, los Padres Jesuitas y las comunidades aborígenes ya celebraban el Corpus Christi de manera masiva, llevando sus instrumentos de trabajo y alimentos para ser bendecidos. “Nosotros también, desde el Congreso Eucarístico en Corrientes en 2004, hemos continuado esta tradición adornando nuestras calles y participando en comunidad”, señaló.
Con la presencia de autoridades provinciales, el obispo de Posasdas, se refirió a la importancia de ver al otro “es imprescindible, que como comunidad, como provincia podamos ver al otro y reconocer su sufrimiento, haciendo algo para que se sienta mejor” y enfatizó en la importancia del diálogo y el compromiso real para con los otros “cuando escuchamos al hermano, tenemos que ponernos en su lugar, tratar de caminar con sus zapatos y así poder aliviar su dolor”.
Al finalizar la misa, se realizó la procesión por las calles de la ciudad, con la participación de miles de fieles que acompañaron al Santísimo Sacramento en su recorrido. La procesión fue acompañada por la banda de música de la Policía de Misiones y grupos de oración, y a lo largo del trayecto se rezó y cantó.
La celebración culminó con la tradicional bendición solemne en la Plaza 9 de Julio, donde Monseñor Martínez impartió la bendición a todos los presentes, los fieles se despidieron con alegría y renovada fe, después de haber participado en una jornada tan especial.