Nelson Osvaldo Winnik fue detenido en San José ayer al mediodía. En un bolso encontraron los documentos de una adolescente de 16 años desaparecida de su hogar en colonia San Juan Bosco, San Pedro, hace una semana. Aguardarán la autopsia para el reconocimiento del cuerpo y continúan las investigaciones. En 2018 un caso similar sucedió en Posadas.
A pocos metros del hospital de área y del Comando Radioeléctrico de esta localidad se registró el viernes por la noche el hallazgo del cuerpo de una mujer en una heladera. El olor a descomposición resultaba insoportable en las inmediaciones de la calle Chaco. Pasadas las 19, los vecinos buscaron a los familiares de uno de los inquilinos de un predio de cuatro monoambientes al que no lo veían desde el día anterior.
Cuando un cuñado (de 32 años y residente en el barrio Viruplac) del sospechoso se acercó y abrió la puerta el panorama lo obligó a llamar a la Policía, y cortar las varias vueltas de cinta de embalaje que tenía la heladera y hallar una bolsa con el cadáver en su interior.
El estado de putrefacción que presentaba el cuerpo solo les permitió a los peritos de Policía Científica de la Unidad Regional VIII de San Vicente, aproximarse únicamente a informar que era femenino y de talla media. En el dormitorio también secuestraron un par de zapatillas y ropa de mujer, principalmente una remera con manchas presuntas de sangre.
De inmediato fue informado el juez de Instrucción de San Pedro, Ariel Belda Palomar, quien solicitó que se traslade a la Morgue Judicial de Posadas el cuerpo para la autopsia y que se profundicen las pesquisas para hallar a Nelson Osvaldo Winnik de 41 años, changarín que hace dos meses se mudó a esta localidad donde también vive un familiar directo.
El cuñado de Nelson Winnik habría denunciado su ausencia horas antes del hallazgo y suponían que había viajado a Posadas para estudios médicos en el Hospital Madariaga por una enfermedad. Según el familiar, el hombre llevaba más de 24 horas sin dar señales de vida, aparentemente.
Este último dato coincidiría con lo relatado a los investigadores por parte de dos inquilinos vecinos de Winnik quienes lo vieron por última vez el jueves por la mañana.
destacaron que Winnik no tenía un oficio o trabajo estable y que padecería trastornos por el exceso en el consumo de estupefacientes.
El viernes por la noche los investigadores de la comisaría de San Pedro iniciaron su búsqueda y establecieron que podría haberse ocultado en tres localidades, una de ellas San José, donde vive la mayoría de su familia. Los rastrillajes se montaron con premura y ayer, pasadas las 10, lo interceptaron con un bolso en mano merodeando la casa de uno sus hermanos.
Los pesquisas de civil no le dieron tiempo a correr, lo redujeron y esposaron. Una vez confirmada su identidad con sus documentos y demás pertenencias se dio aviso al juez mencionado y éste ordenó su detención e incomunicación y el traslado a una celda de San Pedro, donde el martes podría ser llamado a indagatoria ante el juez Belda.
Las mismas fuentes contactadas manifestaron que en el equipaje de Winnik también se encontró una tarjeta de débito bancario y una cédula de identidad que correspondía a una adolescente de 16 años con domicilio en el paraje San Juan Bosco de San Pedro y cuya madre habría denunciado su desaparición pocas horas antes de la aparición del cuerpo.
En este caso, la progenitora declaró que la última vez que estuvieron juntas fue el viernes 8 de septiembre por la mañana, cuando fueron al centro del pueblo a realizar compras y retirar dinero del banco. En el comedor de una estación de servicios habrían mantenido una discusión y la menor se retiró sin precisar destino.
Anoche la familia de la adolescente fue avisada de los documentos hallados en poder de Winnik y que se citarían a los padres el lunes, luego de la autopsia en la morgue de Posadas, para intentar reconocer el cuerpo y realizar los trámites pertinentes.
También se supo que el cuerpo, con las observaciones preliminares en el lugar del hallazgo, correspondería a una mujer joven de altura comprendida entre los 1,60 y 1,70 metros. Estaba envuelto con frazadas y adentro de una bolsa plástica, todo sujetado con retazos de cables de electricidad y acomodado en la parte baja de una heladera de dos puertas (con freezer) y que para asegurar que no se abriera sola fue sujetada con la cinta de embalar de encomiendas.
Se remarcó que hasta que el cuerpo no sea analizado por los profesionales del Cuerpo Médico Forense del Superior Tribunal de Justicia, no se adelantarían hipótesis sobre la causa de muerte. No solo por prudencia habitual que remiten las fuentes judiciales, sino porque el estado de descomposición era avanzado y ni siquiera se podía adelantar el lapso o tiempo previo a su descubrimiento.
Caso similar: “Las letras satánicas” de Carleris
Natalia Elisa Samaniego tenía 25 años y fue encontrada muerta en idénticas circunstancias al cuerpo hallado el viernes por la noche en San Pedro. El fuerte olor alertó a vecinos, a la Policía y al juez de turno. Apareció adentro de una heladera en el departamento que alquilaba sobre la avenida Santa Catalina. Un joven de 22 años fue detenido y acusado como el supuesto autor varios días después de ser encontrado en el lugar bajo los efectos de psicotrópicos.
El juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo, imputó a Juan Martín Carleris como responsable del delito de “homicidio doblemente agravado por relación de pareja y violencia de género”. Por la misma calificación firmó en diciembre de 2021 y antes del inicio de la feria judicial de verano un acuerdo de juicio abreviado ante el entonces fiscal subrogante del Tribunal Penal 2 de Posadas, Christian Oscar Antúnez Neremberg. La única pena que le correspondía era la de prisión perpetua por femicidio (artículo 80, inciso 11 del Código Penal: “Matar a una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género”) y Carleris puso la rúbrica.
El asesinato que cometió se registró el lunes 10 de septiembre de 2018, alrededor de las 19.30. Fue un vecino el que sintió el olor nauseabundo que salía de uno de los departamentos ubicado en el barrio Papini. Miró por una ventana vio moscas y un pie descalzo y no tardó en llamar a la Policía.
Minutos después, los efectivos ingresaron a la vivienda y encontraron a Carleris, de oficio tatuador y cuidador en un geriátrico, inconsciente tirado en el piso. A su lado restos de psicofármacos y botellas de alcohol. Restaba saber de donde provenía el fuerte olor a putrefacción. Les llamó la atención que la puerta de la heladera estaba atada con una sábana. La abrieron y encontraron envuelto en una frazada el cuerpo de Natalia. La data de muerte fue, al menos, de ocho días.
La pareja se mudó a ese lugar diez días antes. Se habían conocido en 2015 y luego de una ruptura retomaron la relación.
Una nota firmada con sangre con las iniciales JMC se encontró en el piso y la letra de Carleris imploraba al diablo: “Señor Lucifer gran señor de las tinieblas te ofrezco mi alma cuando muera a cambio de que te lleves el cuerpo de mi novia y que no quede evidencia que fui yo quien la asesinó (sic), y tener suficiente dinero para todo el mes y seré otro seguidor y adorador tuyo gran poderoso señor de las tinieblas”.