Una pesadilla vive la familia Suárez en la ciudad de Corpus, de cuya fundación del pueblo participó la abuela de los mismos.
Las tierras que fueron pasando de generación en generación son objeto de constantes intentos de usurpación por la fuerza, incluso con apoyo de la Policía y la Municipalidad.
María Cristina Suárez, nieta de los fundadores, expuso lo que vienen pasando desde el 3 de febrero pasado, fecha en la que apareció una mujer llamada María Laura Meza, a la que denunciaron por amenazas y agresiones.
En dialogo con Radio Up 95.5, la mujer recordó que «la primera vez que intentaron desalojarnos fue en 2009, cuando a mi padre con 80 años lo atacaron y le dio un ACV, por el cual murió. Murió defendiendo este terreno. Sabemos que hay gente de Corpus que vendió estas tierras hasta siete veces con un simple boleto de compra y venta, se mueven de forma sucia. Nosotros no estamos acostumbrados a esto, queremos vivir en paz».
Los apuntados para la ocupación
María Cristina aseguró que hay un edil de Corpus que habría firmado el «permiso» de ocupación a una mujer llamada María Laura Meza, a quien denunciaron el 14 de febrero por las amenazas.
«Las amenazas empezaron el 3 de febrero a mi sobrina. Fuimos a los lugares que corresponde por lo legal. Pero María Laura Meza, una joven agresiva que amenaza, invadió el terreno de nuestra familia. Pedí una restricción de acercamiento pero la Policía de Corpus tarda en responder o nos amedrentan a nosotros porque alguien llama acusándonos», explicó.
Reveló Suárez que «Tres veces nos hicieron lo mismo y lo documentamos. La última vez la Policía llegó con máquinas del municipio para voltear los alambrados y entregarle el terreno a Meza».
Buscando defenderse por la vía legal, se encontraron que la Justicia y la Policía se «pasan la pelota»: «En la Comisaría de Corpus nos dijeron que había que radicar la denuncia en el Juzgado de Jardín América. Pero en ese Juzgado nos dijeron lo contrario, que había que hacerla en la Comisaría primero para que siga su curso. Acá nos dijeron que no pueden hacer nada pero se interesaron en tener el título de la propiedad», contó en la entrevista.
Y advirtió que recientemente, el pasado lunes 10, «A pesar del pedido de restricción de acercamiento, la mujer sigue amedrentando».
Los que peor lo están pasando son los menores: «En la familia hay niños que atraviesan una crisis política. Ven un patrullero y se esconden a los gritos por todo lo sucedido. Tienen miedo de ir a la escuela porque la mujer amenaza todo el tiempo, les tira piedras y hasta una tenaza estando mi sobrina».