El costo de la Canasta Básica Total (CBT), que determina la línea de pobreza, subió 2,3% en octubre a nivel nacional. Se trató de la variación más acotada desde noviembre de 2021.
De este modo, una familia «tipo», conformada por un varón de 35 años, una mujer de 31 años, un hijo de 6 años y una hija de 8 años, necesitó $986.586 para no ser considerada pobre, de acuerdo con los parámetros del INDEC.
Por su parte, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que mide la línea de indigencia, aumentó 1,4%. Por ende, una familia necesitó $434.620 para no ser considerada indigente.
La CBA se determinó tomando en cuenta los requerimientos calóricos para un «adulto equivalente» (varón de entre 30 y 60 años, de actividad moderada). A su vez, se seleccionaron los alimentos y sus cantidades en función de los hábitos de consumo de la población a partir de la información provista por la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo).
Para determinar la CBT se amplió la CBA considerando los bienes y servicios no alimentarios. La estimación se obtuvo mediante un coeficiente que evalúa la relación entre los gastos alimentarios y los gastos totales observados en la población de referencia.
En términos interanuales, la canasta alimentaria registró un incremento del 170,6%, mientras que la variación de la canasta básica total fue del 185,7%. Ambas se ubicaron por debajo de la inflación general, que en el mismo período fue del 193% según el propio INDEC.
Asimismo, en el acumulado de 2024 la CBA y la CBT subieron un 80,6% y un 99%, respectivamente, mientras que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) mostró un alza del 107%. En octubre, el IPC trepó 2,7% y también superó a las canastas que contemplan los movimientos en los precios de los bienes y servicios que consume la población más vulnerable.