Luego de la toma del poder por parte de grupos criminales, y la cada vez más habitual renuncia de figuras políticas, la situación en el país centroamericano se agrava cada vez más. Sin embargo, la crisis que aqueja a Haití lleva más de dos siglos presente.
Haití se encuentra sumida en la miseria absoluta. Al margen de ser uno de los países más pobres del globo (no solo en términos económicos), la situación social y política es extremadamente delicada: organizaciones criminales en el poder, políticos renunciando a sus cargos y ayuda internacional cada vez menor. Sin embargo, el marco no es distinto al de hace dos siglos.
El licenciado Joaquín González, analista internacional, dialogó con Radio Up 95.5 en el ciclo “La Última Rosca”, donde expuso en detalle cuál es la gran problemática que castiga día a día al pequeño estado, donde intervienen los intereses de grandes potencias.
“Yo creo que hay algo de eso parcialmente. Hay variables externas, pero principalmente históricas, que han hecho que Haití se encuentre en la situación en la que está ahora y que viene de larga data”, comentó.
“Evidentemente, han influido y siguen influyendo muchos poderes internacionales. Antes, quizás en la forma de estados-nación como Francia y Estados Unidos, y hoy en día actores internacionales más diversos y más complejos de abordar también”, indicó González.
Nacer en crisis
Según explicó el analista, Haití fue la primera nación latinoamericana en alcanzar su independencia (de Francia), allá por 1804. En ese momento, y a pesar de que nadie reconoció diplomáticamente a Haití como nación independiente hasta 1924, su calvario comenzó cuando la primera nación sí lo hizo: la propia Francia.
“Los franceses le hicieron pagar daños y reparaciones por las haciendas que habían sido destruidas y los esclavos que había perdido en el proceso. No solo lo hizo para dar un préstamo, sino que sí o sí tenía que tomarse de un banco francés, y ese banco le hizo pagar con altas tasas de intereses, lo que se conoce como la ‘deuda de la independencia’”, relató González.
“Haití recién pudo pagar ese préstamo recurriendo también a otros prestamistas en Estados Unidos y en Alemania en 1924, 100 años después de tomar ese préstamo, fue que pudo pagarlo”.
Otro gran golpe para el estado centroamericano llegó en 1915, cuando lo invadió Estados Unidos y se quedó hasta 1943 para ‘defender los intereses de las empresas’ que estaban en ese momento en Haití.
“Por la inestabilidad política que estaba viviendo Haití en ese momento, Estados Unidos no sólo tomó control de las aduanas, sino que vació las arcas de Haití para pagar las deudas a sus propias empresas, dejando al país en un nivel de vulnerabilidad todavía mayor”, comentó el analista.
Además, agregó que “Haití tiene hasta esta mala suerte por una cuestión también geográfica, donde los desastres naturales que vive Haití son por donde está situado que es el lugar donde se dan más huracanes en todo el continente”.
“Todo este ‘cóctel explosivo’ hace que un país con inestabilidad política y con violencia extrema, con una situación de pobreza y además los desastres naturales, vea todos sus problemas exacerbados”, afirmó
Nayib Bukele, ¿un faro para Centroamérica?
Por otro lado, González se refirió a la figura de Nayib Bukele (presidente de El Salvador), quien en los últimos días planteó la implementación del “modelo salvadoreño” en la propia Haití.
“Creo que es en sí un gran ‘bluff’, por decirlo de alguna manera. Es un deseo más de proyectar un modelo hacia el exterior, primeramente, en la zona de influencia en Centroamérica, pero que no tiene asidero porque no es plausible bajo ningún aspecto”, aseguró.
González explicó que, si bien el modelo de El Salvador puede tener gran aprobación de la mayoría de la población, y evidentemente baja la tasa de delincuencia, “creo que uno no puede trasladar un modelo o política pública a otro contexto sociopolítico, a otro país con condiciones totalmente diferentes”.
Además, se refirió al aspecto “procedimental de una misión como la plantea Bukele, porque plantea una misión bajo mandato de la ONU, lo que implica consentimiento de muchísimos países e implica, según él, un mando militar o fuerzas de El Salvador y ninguna misión de la ONU ha sido con fuerzas de un solo país”.
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Por último, se refirió a una posible solución de raíz para que Haití cierre su capítulo de crisis de una vez por todas, aunque aseguró que “es sumamente complejo”.
“Haití ha tenido solo tres procesos democráticos, donde solo tres presidentes han llegado a cumplir sus mandatos porque hay una inestabilidad política crónica ya que la mayoría del territorio no es controlado por el Estado y hay un gran déficit estructural”, señaló González.
“No se puede plantear que un mandato presidencial y que las instituciones sean estables, donde no hay instituciones y donde el Estado no maneje ni siquiera la provisión de los servicios públicos. El 80% de los servicios públicos en Haití son manejados por generalmente por privados, y depende mucho de la ayuda extranjera”.
“El único camino es una solución multifacética e integral, donde necesita no solo la ayuda de muchas partes, sino también desmovilizar a las bandas criminales y cortar sus métodos de financiamiento”, destacó.
“Toda solución también implica el consentimiento de la misma sociedad haitiana. No se puede buscar una solución externa. Esa es la situación de Haití”, completó.