La Policía dijo que el atacante murió. “Estos tiroteos multitudinarios son muy difíciles de asumir”, dijo la alcaldesa Donna Deegan
Un ataque armado en Jacksonville, Florida, dejó este sábado tres muertos -dos hombres y una mujer-, según indicaron las autoridades locales. El atacante, un hombre blanco de 20 años, también murió.
El incidente, que según la Policía estuvo motivado por odio racial, se inició cerca de las 13:00 horas en la intersección de Kings Road y Canal Street, en el este de la ciudad, donde se ubica un local de la marca Dollar General. Según trascendió, el atacante se atrincheró al interior de la tienda y allí acabó con la vida de las tres víctimas.
“En pocas palabras, este tiroteo tuvo una motivación racial y el atacante odiaba a los afroamericanos. Su objetivo era un determinado grupo de personas: los afroamericanos. A ellos es a quienes dijo que quería matar y eso está muy claro”, dijo el comisario T.K. Waters quien indicó, a su vez, que no hay ningún indicio de que se tratara de un plan en grupo.
Según agregó la Policía, el tirador llevaba un chaleco antibalas y utilizó una pistola Glock y un rifle semiautomático AR-15. Una de ellas estaba pintada con una esvástica. También confirmaron que dejó manifiestos a su familia que “detallan la repugnante ideología” que tenía.
El joven se desplazó cerca del mediodía hasta la ciudad desde el vecino condado de Clay. Poco antes del ataque, envió a su padre un mensaje de texto diciéndole que prendiera su computadora en la que, momentos más tarde, vio los escritos y llamó al 911. Sin embargo, fue demasiado tarde. El tiroteo ya había comenzado.
Las fuerzas de seguridad de Jacksonville respondieron de inmediato a los llamados de emergencia y desplegaron un helicóptero en la zona. También intervino un equipo de la división SWAT.
“Un tiroteo es demasiado pero estos tiroteos masivos son muy difíciles de asumir”, agregó mientras que Ju’Coby Pittman, miembro del Consejo de la ciudad, dijo que “la gente de esta ciudad está sufriendo y tienen todo el derecho. Esto no tiene sentido. Estoy muy enfadada ahora mismo”.
El gobernador Ron DeSantis también condenó lo ocurrido y dijo que “este tipo se suicidó en lugar de afrontar las consecuencias y aceptar la responsabilidad de sus acciones. Tomó la salida del cobarde”.
Por su parte, la Universidad Edward Waters, ubicada a poco menos de dos kilómetros del lugar, pidió a su alumnado y personal que permanezcan en sus dormitorios y descartó que alguno de ellos resultara herido.
(Fuente: Infobae)