En el marco del Día Nacional del Chamamé, Laura Cáceres, miembro de la Asociación Misionera de Difusores de Folklore, compartió su visión sobre la importancia de este género musical en una entrevista en Radio Up 95.5. Durante el ciclo “La Última Rosca”, reflexionó sobre cómo el chamamé no solo forma parte de la vida cotidiana de los misioneros, sino que ha alcanzado una trascendencia cultural a nivel mundial.
En primer lugar, Cáceres destacó la profunda conexión del chamamé con la identidad regional. “Cada uno de nosotros tiene algo de ese chamamé, porque no es solamente lo rítmico, sino nuestra cotidianidad, nuestra esencia, nuestras costumbres”, expresó con emotividad. Este género, más allá de su música, está impregnado en momentos simples pero significativos, como compartir un mate en familia, evocando recuerdos de la niñez en patios familiares.
La fecha del 19 de septiembre no solo conmemora el fallecimiento de Mario del Tránsito Cocomarola, uno de los grandes exponentes del chamamé, sino que también se convirtió en una tradición de revalorización cultural.
“Lo que marca esta fecha en sí es revalorizar y reivindicar este género musical que trasciende absolutamente todo”, enfatizó Cáceres, subrayando que, aunque la celebración principal ocurre en Posadas, la difusión del chamamé ha alcanzado lugares inesperados en el mundo.
En un intercambio con Celso Cáceres, otro referente del chamamé misionero, mencionaron que las plataformas digitales revelan la amplitud geográfica del género. “Ellos quedan sorprendidos porque nadie va a pensar que en Nueva Zelanda o en Sudáfrica están disfrutando de nuestro chamamé”, relató Cáceres. Esto evidencia que el chamamé ya no pertenece solo al nordeste argentino, sino que se convirtió en un símbolo de la cultura latinoamericana a nivel global.
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Sin embargo, a pesar de esta expansión y reconocimiento mundial, Cáceres no rehuyó a expresarse sobre el trato del chamamé en la provincia de Misiones. Ante la consulta sobre si el chamamé es despreciado a nivel local, respondió con sinceridad: “Siento que el Festival del Litoral está cada tanto intentando establecer que el chamamé sea lo más fuerte o los ritmos misioneros, pero que todavía falta un trabajo profundo”.
Según ella, la responsabilidad también recae en los medios de comunicación y en los propios misioneros para impulsar esta música durante todo el año, no solo en festivales ocasionales.
A pesar de los desafíos, Cáceres manifestó su optimismo respecto al futuro del chamamé. “Lo importante es que el chamamé se mantenga vigente y yo creo que va a perdurar en el tiempo”, aseguró. Asimismo, destacó la adaptación de este género a nuevas generaciones y formatos musicales, ya sea en versiones sinfónicas, electrónicas o instrumentales.
La difusión del chamamé en Misiones puede tener aún un largo camino por recorrer, pero, como concluyó Cáceres, “si no lo observan los que toman decisiones en políticas culturales, lo seguirá siendo el pueblo y lo seguirán siendo los artistas de otros puntos del país y del mundo”.
Con estas palabras, reafirmó que el chamamé es una herencia compartida que sigue viva gracias a la pasión y el compromiso de quienes lo valoran, dentro y fuera de las fronteras de la provincia.
Este 19 de septiembre, mientras los acordes del chamamé resuenan en Posadas y en rincones lejanos del mundo, la música sigue siendo una expresión de identidad, memoria y orgullo.