Con la intransigencia de un grupo de paraguayos que protestaron hasta altas horas de la noche de ayer y que interferían en la normal circulación de vehículos que intentaban volver a Posadas, este viernes, ya sin “carga estática” sobre el puente Internacional San Roque González de Santa Cruz, volvieron los conflictos.
La confluencia de numerosos automóviles sobre las estrechas calles de Encarnación, todos con urgencia por trasponer el viaducto, da lugar a todo tipo de improperios entre quienes esperan. El chovinismo de argentinos y paraguayos se recupera en las voces de hombres y mujeres que intentan doblar la resistencia de las autoridades que impiden el ingreso directo al puente, sentido hacia Posadas, Argentina.
Sabido es que la medida de impedir la carga estática, es decir la permanencia de las largas colas de vehículos sobre el viaducto fue tomada por cuestiones de seguridad y para mantener en condiciones la estructura general, dado el alto nivel del tránsito entre una y otra orilla.
En las trifulcas de ayer se mezclaban quienes querían trasponer -y en algunos casos, adelantarse sin que les toque el turno- personas de nacionalidad paraguaya que debían asistir a un turno médico urgente en Posadas; otros que venían al lado argentino a comprar; argentinos que estaba en Encarnación buscando mejores precios y los avivados de siempre que buscaban sacar ventajas de la situación, cobrando por privilegios que no eran tales.
La mañana de hoy no fue diferente, con tránsito fluido pero lento, pero con el mismo nivel de embotellamiento y peleas en la cabecera paraguaya y en las callecitas que llevan al puente internacional a la altura de la Zona Comercial encarnacena.