Los errores no forzados de Patricia Bullrich y el respaldo que obtuvo el Jefe de Gobierno porteño de parte de Manes y Vidal cambiaron la percepción sobre el posible ganador en la interna opositora.
El consultor catalán Antoni Gutiérrez Rubi, que asesora a Sergio Massa y Unión por la Patria, está convencido que la campaña electoral está dividida en tres tiempos tiempos. Uno hasta las PASO, otro en el camino hacia la elección general y el último en la recta final hacia el balotaje. Ahora es momento de consolidar el voto propio y hacer fuerte la estructura peronista. Pero nadie deja de mirar lo qué pasa enfrente. El juego del rival.
En las últimas dos semanas en el peronismo cambió la percepción sobre el potencial rival que saldrá de la interna de Juntos por el Cambio. En un principio había mayor consenso sobre un posible triunfo de Patricia Bullrrich, pero los errores no forzados de la ex ministra de Seguridad durante la campaña y la consolidación de acuerdos con dirigentes importantes que logró Rodríguez Larreta en las últimas horas, modificó la lectura, que no es uniforme pero si mayoritaria.
En las últimas 48 horas el Jefe de Gobierno porteño consiguió el apoyo del radical Facundo Manes, que tuvo un buen desempeñó en la elección bonaerense del 2021, y de María Eugenia Vidal, que es una de las figuras de más renombre en la coalición. Su adhesión al proyecto larretista generó una serie de cuestionamientos por parte del ala dura del PRO y reavivó la interna. “María Eugenia ha tomado varias decisiones sucesivas en las cuales ha desdibujado su perfil”, dijo Mauricio Macri.
Lo cierto es que en el peronismo la candidatura de Rodríguez Larreta se empezó a visualizar de otra manera. “La sociedad va a salir por el centro. Más allá de lo que digan las encuestas, Horacio tiene más posibilidades que Patricia. Eso se está consolidando. Sino no se entiende por qué Macri se molesta por el apoyo de Vidal”, analizó un importante funcionario nacional.
Entre los dirigentes con más peso territorial hay un choque de opiniones y datos. Las encuestas que consumen los intendentes del conurbano les dan un triunfo de Bullrich en la interna, pero una victoria de Diego Santilli sobre Néstor Grindetti, el candidato de la ex ministra de Seguridad. La mayoría piensa que ella será la que se quede con la interna pero estiman que los candidatos municipales de Rodríguez Larreta serán los más votados debido al perfil y volumen político que tienen.
Esa posición choca de frente con la que tienen muchos gobernadores del PJ, quienes confían en la potencia que genera la estructura política y sostienen que el único que tiene ese esquema a nivel nacional es el Jefe de Gobierno porteño. “Si hay un rival que no nos conviene enfrentar es Horacio. Porque le compite el voto de centro a Massa. Y tiene algo fundamental que Bullrich no tiene: la territorialidad que le da (Gerardo) Morales”, sostuvo un influyente gobernador del norte grande.
Entre los mandatarios creen en la importancia de los fiscales y la militancia política enquistada en el territorio para poder controlar la elección. Uno de ellos lo definió con crudeza: “El radicalismo tiene un chango en cada lugar. Eso es importante para que no te caguen la elección, para que no te lleven puesto, para que no te jodan con las actas y los telegramas”. En las PASO la estructura jugará un rol importante.
Una de las grandes dudas que está instalada en el interior del peronismo es qué puede pasar con los votos que deje en el camino el perdedor de la interna opositora. La especulación que más adepto tiene indica que en el caso de que Rodríguez Larreta pierda, en un posible mano a mano entre Bullrich y Sergio Massa, el ministro de Economía podría quedarse con parte del electorado del centro.
En la segunda opción, en el caso de que pierda Bullrich, algunos intuyen que parte de sus votos podrían ser capturados por Javier Milei en la elección general, mientras que otros estiman que tanto la ex ministra como el Jefe de Gobierno porteño podrían retener los votos de su rival interno bajo la idea de que el cambio con capacidad de gobernar solo puede ser llevado a la práctica por Juntos por el Cambio.
“Larreta tejió alianzas que no están mal. Es un candidato más sólido que Bullrich. Pero para nosotros es un error considerar que uno es más fácil que otro para competir. Tienen la misma dificultad. Van a tratar de acumular el antiperonismo. Es igual de difícil el adversario, gane quien gane”, fue la afirmación de uno de los intendentes peronistas con más influencia en el conurbano bonaerense.
Los dirigentes oficialistas más moderados – en algunos casos pesimistas – creen que Unión por la Patria corre de atrás y que la elección es muy difícil de ganar, más allá del salto competitivo que dio el espacio cuando Massa se convirtió en candidato. “Si gana Larreta, el partido está terminado”, se animó a plantear un ministro nacional. Nadie quiere aferrarse a las encuestas como único argumento y las proyecciones son hechas, en gran medida, en base a análisis políticos.
Los intendentes que más recorren las calles del conurbano están notando cierta apatía de la gente respecto a la elección. Personas que no saben quiénes son los candidatos presidenciales, otras que manifiestan su enojo con la situación económica actual o que le reprochan al macrismo el pasado. Pero parece haber mucho enojo entre los vecinos. Enojo con la política y con los políticos.
En el oficialismo aseguran que uno de los análisis que hizo Gutiérrez Rubí en los últimos días advierte que existe un empate técnico entre Juntos por el Cambio y Unión por la Patria, según marcan las encuestas y los focus group. Y, además, el catalán cree que conviene que Bullrich y Rodríguez Larreta consideren que uno está mejor que el otro, porque en ese caso las dos candidaturas están inmersas en un escenario de incertidumbre total.
La semana que viene será determinante para la elección y para el posicionamiento de los políticos. La mayoría de la gente definirá en la antesala de las PASO cuál será su decisión. Al menos, así lo creen en ambas coaliciones. Con ese margen de error amplio y las consultoras sin poder ajustar las encuestas a la realidad, el resultado es imposible de descifrar.
En el oficialismo consideran que Bullrich está bien plantada en la línea del discurso que quiere transmitir y que su potencial está mimetizado con su impronta de conducción sin diálogo con el kirchnerismo. Que expresa la ruptura de un esquema de convivencia pero, al mismo tiempo, convence a los propios de que hay que ir por todo.
A Rodríguez Larreta lo empezaron a ver más fuerte ahora, después de casi dos años de que se convirtió en candidato como consecuencia de un posicionamiento político generado por el gobierno nacional. Subió, bajó y volvió a subir. Y esa escalada se está dando en los días previos a las PASO. Por eso, el peronismo mira con atención sus movimientos y especula con el impacto que podría tener un posible triunfo en el escenario electoral sobre el que ellos están parados.
(Fuente: Infobae)