La emergencia hídrica declarada en Capioví afecta a 1.650 conexiones domiciliarias que dependen del arroyo del mismo nombre. Aunque el servicio de agua sigue siendo continuo, el consumo está restringido, y se teme que la situación empeore si no hay lluvias en los próximos días.
Rubén Ely, gerente de la Cooperativa de Agua de Capioví, dialogó con “El País de la Libertad” de Radio Up 95.5 y explicó la gravedad del problema: “Estamos varios municipios en la misma situación con respecto a la falta de agua en nuestros arroyos y la cosa se está poniendo crítica”. En este sentido, apuntó que la respuesta inmediata fue reducir el consumo: “Tenemos que restringir, reducir, achicar, bajar, minimizar los consumos, todos los apelativos que le queramos poner”.
Desde la cooperativa se están extrayendo aproximadamente 100 metros cúbicos por hora del arroyo, pero Ely advirtió que, si el caudal sigue bajando, habrá que tomar medidas más drásticas: “Si esto se va agravando, los pasos siguientes son las restricciones en el servicio. Si el arroyo se corta del todo, habrá que parar”.
Actualmente, el municipio y la cooperativa están trabajando en medidas paliativas, como la activación de perforaciones subterráneas. “En este momento tenemos el 100 % conectado desde el arroyo, pero dentro de la semana estaríamos en condiciones de abastecer sin contar el arroyo a entre 250 y 300 viviendas”, señaló Ely, lo que representa aproximadamente un 20 % de las conexiones totales.
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Además de la urgencia inmediata, el gerente subrayó la necesidad de trabajar en la protección de los recursos naturales. “La protección de las cuencas, de los humedales, de las vertientes, de las nacientes, eso es vital y es sagrado. Es algo de lo cual no estamos tomando conciencia real, y nos va a dejar en muchos pueblos sin agua a futuro”
El control del consumo es otro desafío. En Capioví está prohibido el uso de agua para actividades no esenciales, como el lavado de autos, veredas o el llenado de piletas. Ely destacó que, en general, la población está respetando las restricciones: “Hoy recorrí el pueblo y en ningún punto logré ver un cordón cuneta mojado”. Sin embargo, reconoció que el llenado de piletas es difícil de controlar porque ocurre en espacios privados: “Las piletas de fibra proliferaron enormemente, y cuando el agua escasea, es un volumen enorme dentro de las comunidades del cual no se puede disponer”.
A medida que la sequía avanza, la incertidumbre crece. “Lamentablemente, en la medida que no trabajemos a conciencia entre todos, porque esto no es un problema nuestro, es un problema social general, nos vamos a quedar sin agua”, concluyó Ely.