“The London bridge has down” o su traducción en español, “El puente de Londres ha caído” es la frase que se utilizó para activar el protocolo a llevarse a cabo una vez que se confirmó la muerte de la reina de Inglaterra, Elizabeth II. En la actualidad, la frase para activar dicho protocolo en caso de que el rey Charles fallezca se denomina “protocolo Puente Menai”, obviamente, esperemos que esto suceda años mas adelante, así el actual rey tiene la oportunidad de disfrutar de un puesto que anheló por más de 50 años, esto es solo para darle un poco de misticismo al contexto que se vive en una de las potencias mas importantes del planeta, Inglaterra.
Esta última década fue bastante tumultuosa políticamente hablando, desde el 2016, año a partir del cual los británicos decidieron salir de la Unión Europea, a través de un proceso del tipo electoral en el cual la mayoría se decidió por terminar su histórica unión con el resto de Europa. Proceso del cual numerosos británicos hoy se arrepienten, pero más allá de esto, la política británica después del “Brexit” no encontró la estabilidad a los que tiene acostumbrados tanto a propios como extraños y ya han pasado casi media docena de primeros ministros, así como también ha pendulado entre conservadores y laboristas
Estos dos partidos políticos mencionados, son los que se han disputado el poder desde el siglo XX hasta nuestros días, por un lado, el partido laborista (centro izquierda) y el partido conservador (centro derecha), siendo el partido conservador el que mas ha gobernado desde el siglo pasado hasta la actualidad, antes de las últimas elecciones, el primer ministro era Rishi Sunak (conservador), siendo el primer ciudadano asiático británico en ser electo. El mandato de Sunak dejó bastante que desear ya que la economía en ningún momento mostró signos positivos, y además con un sistema de salud y de educación en claro declive, los británicos vieron que la acumulación del hartazgo con los conservadores llegó a su momento cúlmine. Sin embargo, esto no explica la caída del partido conservador, la causa principal, una vez más se debió a la radicalización de sus propios miembros que se volcaron al partido populista de derecha denominado Reform UK, partido que nace con el Brexit, cuya base ideológica se basan en el euroescepticismo, en la antiinmigración y en el reformismo, su líder es Nigel Farage. Como podemos ver, cuando la política tradicional comienza a brindar escasas soluciones a problemáticas cada vez más graves, la ciudadanía comienza a buscar respuestas en los extremos (cualquier imagen o semejanza con nuestro país NO es coincidencia)
Con la fuga de sus propios miembros y con un gobierno en caída, los laboristas encontraron la oportunidad perfecta para volver al poder luego de más de una década, y vaya si lo hizo ya que logró la mayoría absoluta, logrando 412 bancas (se necesitan 350 para ser mayoría). Hay que tener en cuenta que, en Gran Bretaña, en sistema de gobierno es parlamentarista (el argentino es presidencial). Ellos no cuentan con la figura del presidente, la persona encargada de gobernar es el primer ministro, que surge desde el partido que ha logrado la mayoría de los votos, el flamantemente electo es el laborista Keir Starmer. Además, y valga la aclaración, el que debe autorizar al primer ministro a gobernar es nada más y nada menos que el rey de Inglaterra, Charles III. En su primer discurso como primer ministro, Starmer se refirió al premier saliente, agradeciéndole su trabajo y se dedicación, algo que para nuestra mezquina e infantil dirigencia política seria algo absolutamente impensado.
A resumidas cuentas, es realmente impactante este resultado electoral en Inglaterra ya que por lo general suelen ser victorias por diferencias mínimas, la última vez que los conservadores perdieron por semejante resultado fue en los años 20, en un contexto totalmente diferente. La caída del partido conservador se produce por un conjunto de situaciones, desde personajes más que polémicos como Boris Johnson (ex primer ministro obligado a renunciar en circunstancias en las que se cuestionaba su ética y además por la renuncia masiva de su gabinete) hasta malas decisiones tomadas por el gobierno Rishi Sunak, solo el tiempo determinará el futuro de los laboristas, que por el momento cuentan con una abrumadora mayoría, pero, con una incipiente fuerza populista de derecha que continua sumando adeptos.