Fabio Boges y Matías Lohn están acusados de perseguir y matar a balazos al hombre que tenía 37 años al momento del crimen, el 13 de noviembre del 2019 en el Paraje San Ignacio. Se los acusa de homicidio agravado en calidad de partícipe necesario y de autor, respectivamente.
Este 22 de noviembre comenzará el juicio oral y público contra los uniformados que están acusados del asesinato de Reinaldo Andrade (37), ocurrido el 13 de noviembre del 2019, tras una persecución policial en el paraje San Ignacio, en la jurisdicción de El Soberbio.
El debate oral ante el Tribunal Penal de Oberá iba a arrancar el 25 de octubre pero la renuncia de un defensor provocó la reprogramación de las audiencias, que comenzarán finalmente, el próximo miércoles, a más de cuatro años del crimen calificado de un hecho de “gatillo fácil”.
Los acusados son los ex policías Matías Lohn (34) y Fabio Boges (27). El primero está enjuiciado por el delito de “homicidio calificado por ser integrante de una fuerza de seguridad, agravado por el uso de arma de fuego”. Mientras que el segundo enfrenta la acusación por ser presunto “partícipe necesario del delito de homicidio calificado, por ser integrante de una fuerza de seguridad, agravado por el uso de arma de fuego”.
Ambos fueron apartados de sus funciones públicas desde el mismo día que se conoció el hecho y fueron detenidos como sospechosos.
Según trascendió en las últimas horas, el Juzgado de Instrucción 3 de San Vicente elevó el expediente al Tribunal Penal 1 de la Segunda Circunscripción Judicial (con sede en Oberá) luego de que la Cámara de Apelaciones en lo Correccional y de Menores confirmara la imputación contra los acusados. Los defensores Hugo Daniel Zapana y Martín Federico Tilli habían apelado contra la elevación a juicio.
Mientras que la defensa argumenta que lo ocurrido en El Soberbio fue un “homicidio culposo” y el juez de Instrucción de San Vicente, Gerardo Casco, consideró que existen pruebas suficientes para acusar a los ex policías de “dolo”, es decir, de actuar con la intención de matar a su víctima.
El homicidio que muestra características de lo que se conoce en la jerga judicial como “gatillo fácil” ocurrió en la tarde, del mencionado 13 de noviembre del 2019, luego de una supuesta persecución a “contrabandistas”. Tal fue la primera versión del caso que esgrimieron –para exculparse– los policías de la Unidad Regional VIII.
Sin embargo, se confirmó posteriormente que ese día, alrededor de las 18 hs., los dos acusados estaban actuando vestidos de civil en un Ford Focus, cerca de una estación de servicio de la ruta costera 2. Supuestamente actuaban de encubierto cuando observaron el paso de un Volkswagen Gol Trend gris.
Según la hipótesis que defendieron los policías de El Soberbio, los ocupantes del Gol Trend, se percataron que eran policías quienes estaban en el Focus.
Por este motivo habrían acelerado e ingresaron a un camino de tierra en el paraje San Ignacio, a unos siete kilómetros del casco urbano de El Soberbio, para huir de los efectivos. La versión policial afirman que en plena persecución, el Focus recibió un disparo desde el Volkswagen Gol en el que iban tres ocupantes. Ese auto, lo conducía la víctima, Reinaldo Andrade.
Esa supuesta agresión a balazos habría derivado en la respuesta de los uniformados, usando sus armas reglamentarias. Uno de los disparos del acusado Lohn, dio en la cabeza de Andrade y lo mató en el acto. En tanto, los otros ocupantes de 29 y 30 años resultaron con lesiones leves producto del despiste del Gol. El testimonio de ellos será clave en el debate y vale destacar que ambos fueron condenados por falso testimonio.
Un tercer vehículo habría sido parte de la persecución, se trata de un Volkswagen Voyage que fue hallado varios kilómetros más adelante, totalmente incendiado. En la investigación de la Gendarmería Nacional, se incautó un revólver calibre 38 y un pistolón cerca del Volkswagen Gol, y las armas reglamentarias de los efectivos, según se informó oficialmente. El peritaje al arma perteneciente a Lohn, determinó que fue el arma homicida: la bala extraída del cuerpo de Andrade fue disparada por el arma reglamentaria.
En julio del 2020, Pablo Andrade, hermano de la víctima, contó algunos de los detalles del caso desde la perspectiva de la familia querellante. “El disparo letal, en un principio, pensamos que fue de lado a lado. Y no, fue de atrás, en la nuca. No tuvo orificio de salida. Pedimos justicia. En ningún momento hubo lucha, ellos (por los policías acusados) no dieron voz de alto. Fueron directamente a matar a mi hermano”, fustigó Andrade, en declaraciones a un medio televisivo.
En su relato, los policías dicen que “estaban siguiendo otro auto. Pero por qué cuando ven el auto de mi hermano, tiraron a matar”, sostuvo el hermano de la víctima.
Además, Pablo Andrade denunció que las armas encontradas cerca del Gol Trend que conducía su hermano “fueron plantadas. Hay testigos, los dos muchachos que estaban con mi hermano, y vecinos que llegaron al momento (del homicidio) que no vieron armas. Hubo vecinos que vieron cuando el policía saca a mi hermano del auto ya baleado y declararon ante el juez que no había armas. Después aparecieron armas a un costado. Fueron plantadas”, denunció el hermano de Reinaldo.
“Hay muchos policías (de El Soberbio) implicados que no aparecen en la causa. Principalmente, el jefe del Comando, que sabía el personal que tenía a su cargo y lo que estaban haciendo. Según el libro (policial), salieron a la mañana del servicio. En el momento del hecho (homicidio), estaban de franco, de civil, con vehículo particular y armas reglamentarias. Realmente, no se sabe lo que andaban haciendo”, lanzó suspicaz, Andrade.
Estas declaraciones se entroncan con lo que plantea el abogado querellante, Daniel Braunstein: “los disparos fueron antes del impacto entre vehículos y fueron efectuados desde atrás del Gol y no cuando los rodados estaban de costado, como quieren decir los policías imputados”.
“No dispararon cuando estaban ventanilla con ventanilla. Está probado que venían por detrás del Gol y desde allí tiraron porque los impactos, dos en total, quedaron marcados en la luneta trasera del auto donde viajaba Andrade, y porque el tiro que lo mató fue en la nuca, según la autopsia”, añadió Braunstein.
“Quedaron marcas en los automóviles que no dejan cerrar la versión policial, porque el rodado de los efectivos tiene roces en el guardabarros delantero derecho, mientras que el Gol en el que iba Andrade tiene marcas en la puerta trasera izquierdo. El arma de fuego que dicen que supuestamente tenía la víctima fue hallada en un lugar que no se condice con la trayectoria que hizo el automóvil Gol”, precisó el letrado que representa a la familia de la víctima.
Respecto de los dos acompañantes, Fabián Rafael Sievers (29) y Ricardo Augusto Velozo (30), fueron imputados por “falso testimonio y encubrimiento en el delito de homicidio calificado y agravado por el uso de arma de fuego en concurso real”.
Por esta acusación ambos solicitaron la semana pasada la suspensión por juicio abreviado y la fiscal del Tribunal de Oberá, Estela Salguero, ofreció a consideración de los jueces integrantes un acuerdo de pago de 150 mil pesos cada uno a la familia de Andrade. Si el Tribunal homologa ese acuerdo, Sievers y Velozo podrían declarar en el juicio contra los policías, en calidad de testigos.