En estas horas se vive un escenario convulsionado en el campo de la política nacional, es que la rosca, empezó a calar de una manera muy profunda, y viene acompañado de un realineamiento de alianzas y escenarios poco pensados para los tiempos que corren.
El reintento del oficialismo por aprobar la Ley de Bases, la marcha en favor de la universidad pública y el posicionamiento de los gobernadores respecto de la firma del pacto de Mayo, lentamente nos van mostrando cómo se estructura el oficialismo con alguna suerte de aliados -si podríamos considerarlo así-, compuesto por el PRO con el visto bueno de sus principales dirigentes, aunque con algunas disputas internas, y algún que otro gobernador que lentamente busca enrolarse (¿o enroscarse?) en las filas de la libertad como es el caso del mandatario de nuestra querida provincia de Misiones.
Del otro lado, la oposición se encuentra bastante difusa y atomizada, representada por viejos dirigentes del peronismo y el kirchnerismo que hoy son quienes colocan las trabas dentro de los órganos parlamentarios; sumado al siempre volátil radicalismo que, en sus figuras más polémicas, parecieran ser los alcahuetes de Unión por la Patria, por lo que va surgiendo una oposición sumamente distinta a lo que meses atrás podríamos haber imaginado.
Analizando el resto del panorama, dos que vienen de capa caída buscando la metamorfosis de sus carreras políticas, son Horacio Rodríguez Larreta y Sergio Massa. A ambos se los ha visto juntos en los últimos días, posicionándose en favor de la marcha de la educación pública y obviamente en contra del ajuste del gobierno actual. Larreta además mantiene una interna feroz con Mauricio Macri por el destino del PRO y su afinidad con el gobierno de Milei, acusándolo de entregar el partido a los libertarios, motivo por el cual su futuro parece más encaminado a un peronismo soft del estilo de Martín LLaryora.
El peronismo también ha sufrido un gran golpe de timón, ya que el pasado sábado volvió al escenario quien hasta hace cuatro meses fuera vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner. La misma participó de un acto encabezado por Mayra Mendoza en la localidad de Quilmes, donde no solo apuntó a la política del gobierno actual, sino que también se encargó de cuestionar el bajo nivel de su dirigencia, que no entienden las cuestiones que le suceden a los argentinos y van a los canales televisivos nada más que a gritar.
Por el lado de la Unión Cívica Radical la cosa no está mucho mejor. Ya que luego de la caída la sesión de la semana pasada en la cámara de Diputados en donde el temario incluía el tratamiento de la Ley del presupuesto universitario, Martín Lousteau salió al cruce de Rodrigo de Loredo por haber “boicoteado” la sesión en la Cámara Baja por su afinidad al oficialismo, con lo cual el presidente del partido centenario ha presentado un pedido formal de tratamiento en el Senado para declarar la emergencia del sistema universitario.
Pero esto no termina acá, hasta una pelea entre dirigentes históricos se dio en la previa del inicio de la sesión de ayer en diputados, ya que Elisa Carrió anunció el retiro de sus 6 diputados del bloque liderado por Miguel Ángel Pichetto, rompiendo así la bancada Hacemos Coalición Federal, acusando al diputado de estar con Moyano y votar en favor de los sindicatos en lo que tiene que ver con el apartado de la reforma laboral en un preacuerdo anterior con la CGT.
El tablero continúa moviéndose y generando acuerdos de la más diversa índole, con aliados poco esperados con una única misión por delante: permanecer.