La marca Shell, operada por la petrolera Raizen, incrementó en un 15% promedio los valores de la nafta y el gasoil en estaciones de servicio de todo el país. Este ajuste se produjo en el inicio del fin de semana largo y tan solo 48 horas antes del cambio de gobierno, marcando así el primer aumento de diciembre.
Este movimiento de precios por parte de Shell generó especulaciones sobre si otras petroleras seguirán el mismo camino. La incertidumbre se centra especialmente en YPF, la mayor empresa del sector en Argentina, y cómo responderá bajo la nueva gestión de Javier Milei, quien asumirá el cargo en los próximos días.
Cabe destacar que este ajuste se produce después de dos incrementos en noviembre, acumulando así un aumento del 25% en los precios de la nafta y el gasoil en ese mes. La escalada generalizada de precios en diversos sectores generó preocupaciones sobre el impacto en la inflación y el bolsillo de los consumidores.
Raúl Castellano, titular de la Cámara de Empresarios del Combustible, señaló que existe un atraso del 30% en los precios de los combustibles. Según sus estimaciones, el litro de nafta súper debería incrementarse de $311 a $410 o $415 para compensar dicho rezago. Este planteamiento destaca la presión adicional sobre los precios que enfrenta el sector.
En el marco de un cambio de gobierno y en medio de una economía con desafíos importantes, la suba en los precios de los combustibles plantea interrogantes sobre el panorama económico en los próximos meses y cómo impactará en la vida diaria de los argentinos.