La ONU aprobó una intervención militar extranjera con el fin de reestablecer el orden en el país caribeño, en medio de la complicada situación seguridad y agravada en lo que va de año.
Octubre inició con la aprobación por parte del Consejo de Seguridad de la ONU para desplegar una fuerza internacional en Haití, en medio de la crisis de seguridad que vive el país, donde las pandillas controlan la mayor parte de Puerto Príncipe, la capital.
La resolución fue aprobada con 13 votos a favor y dos abstenciones, correspondientes a China y Rusia, sin ningún voto en contra. Se trata de un “consenso” inusual tras meses de gran división geopolítica entre los 15 miembros del Consejo.
La petición sobre la intervención en Haití fue hecha hace un año por el Gobierno del primer ministro, Ariel Henry, quien no fue elegido mediante las urnas pero desempeña las labores del Ejecutivo.
El presidente Jovenel Moïse fue asesinado en julio de 2021, momento desde el cual se ha deteriorado la seguridad del país ante la falta de legitimidad del Gobierno.
Este despliegue policial, que no se espera sea inmediato, fue fuertemente rechazado por los haitianos durante violentas protestas, ya que no se trata de la primera intervención internacional.
El pasado 22 de septiembre, el primer ministro Henry dijo ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York que la intervención era “urgente” y que pedía apoyo firme, especialmente para la población más vulnerable de Haití.
“En nombre de las mujeres y niñas violadas cada día, de las miles de familias expulsadas de sus hogares, de los niños y jóvenes de Haití, a quienes se les ha negado el derecho a la educación y a la instrucción, en nombre de todo un pueblo que es víctima de la barbarie de las pandillas, insto a la comunidad internacional a actuar rápidamente,» expresó.
Por su parte, António Guterres, secretario general de la ONU, había respaldado la solicitud de la intervención militar luego de visitar el país en julio.
El representante de la organización dijo previamente que si no se actuaba oportunamente, “generaciones enteras de haitianos” sufrirán consecuencias irremediables.
Estados Unidos y algunos vecinos como Antigua y Barbuda, Bahamas y Jamaica, habían instado a la comunidad internacional para respaldar la intervención de las fuerzas extranjeras.