El pasado domingo, el jugador de Estudiantes de La Plata Javier Altamirano, sufrió un colapso y convulsionó en medio del partido ante Boca Juniors, asustando a todos los presentes en el estadio UNO del Pincha. Ya en fase de recuperación, el caso del jugador paraguayo sirvió para volver a debatir sobre la salud neurológica y los recaudos que deben tomar los deportivas de élite para prevenir este tipo de situaciones.
En este sentido, Pablo Barissi, médico neurólogo, dialogó con Bryan Villalba y Alejandro Chini en «La última Rosca», por Radio Up 95.5 y explicó en detalle qué fue lo que sucedió esa noche con el jugador Altamirano.
“Lo que pasó es algo bastante infrecuente para lo que es en general el fútbol. Este muchacho había tenido aparente mente un roce con Cristian Lema, defensor de Boca, en el cual aparentemente hubo un golpe en la cabeza, leve de todas formas nada para preocuparse”, comentó.”
“Un rato después tuvo una convulsión, se vio como cuando el chico cayó al piso y empezó a tener movimientos tónicos clónicos, postura tónica, es decir cuando se queda duro, rígido y después movimientos clónicos, que son movimientos en los cuales se van haciendo de forma estereotipada o seguida digamos, varios movimientos con los brazos y las piernas”, relató Barissi.
“Se tomó obviamente como lo que era, una convulsión. A partir de allí, se empezaron a ver probables causas”, agregó.
“El muchacho se fue en ambulancia, llevó a al hospital donde llegó efectivamente inconsciente, que es lo que suele ocurrir después de una convulsión generalizada y después tuvo un periodo de excitación psicomotriz”, explicó Barissi.
Según el neurólogo, al momento de recobrar la conciencia, “estaba desconociendo el lugar donde estaba y se puso nervioso, entre otras cosas que suelen ocurrir después de la convulsión”.
Respecto del procedimiento, el neurólogo indicó que “le hicieron estudios y en la resonancia realizada, se vio una trombosis venosa cerebral. Esto es un coágulo, digamos, un trombo que aparece en los senos venosos del cerebro y justamente obstruye la salida de la sangre a través de los de las venas, haciendo que se vaya acumulando rápidamente”.
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Por otro lado, y en materia de identificación de la patología, Barissi señaló que “previamente es posible sentir un dolor de cabeza, del cual el jugador manifestó que no había tenido nada. Después, puede haber una convulsión, que efectivamente es lo que pasó, y finalmente puede aparecer un signo de foco, es decir, la parálisis de un miembro o la mitad del cuerpo”.
En el ámbito del alto rendimiento deportivo, Barissi comentó que se realizan distintos exámenes para identificar y prevenir este tipo de situaciones.
“Generalmente lo que se hace siempre, obviamente es un apto físico o psicofísico si se quiere. También la parte psicológica es muy importante, pero lamentablemente hay cosas que no se buscan porque es algo sumamente infrecuente de que pase y no tiene sentido hacer un screening o una búsqueda y detección de patologías raras”, comentó.
“Lógicamente, se hacen siempre los testeos más importantes, que son los del corazón. Se hace electrocardiograma, se hace también espirometría para la medir fuerza pulmonar, ergometría y demás cosas”, añadió.
Según el neurólogo, “esto es algo que no se tiene en cuenta normalmente porque es raro que suceda”.
“Me acuerdo un caso de un jugador que iba a venir a River hace año y medio que llegó a esa famosa prueba de preparación física y justamente cuando le hicieron los estudios le tiraron que tenía una especie de soplo al corazón y el jugador no pudo quedar en el equipo, tuvo que volver al club de origen”, ejemplificó.
“Gracias a eso, al chico pudieron hacerle el tratamiento y darle un diagnóstico para que continúe jugando”.
Por último, y en referencia a la efectividad del accionar médico y rapidez de diagnóstico y atención, Barissi apuntó que “estamos preparados desde la salud deportiva para esas cosas y es verdad que ocurren estas cosas, pero son un caso en 1 millón”.