En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, conmemorado cada 10 de septiembre desde 2003 por la Organización Mundial de la Salud, Carlos Drago, coordinador de los grupos de ayuda mutua de la ONG «Hablemos de Suicidio», se expresó sobre la importancia de una escucha activa y rápida.
El especialista en diálogo con el programa “El País de la Libertad” de Radio Up 95.5 expresó una fuerte advertencia: “Cada vez es mayor la cantidad, más adolescentes, más jóvenes que se suicidan o tienen pensamientos suicidas” y remarcó que el aumento de estos casos ha sido una preocupación constante en el trabajo de la organización que lleva años asistiendo a personas en crisis.
Carlos Drago, formado en Psicología Social, coordina un equipo de 20 voluntarios que trabajan semanalmente ofreciendo “grupos para el tema específico de asistencia a personas con ideas suicidas” a través de plataformas como Zoom. “Estos grupos brindan un espacio de escucha y contención, donde podemos ir viendo qué nos está pasando, poder escuchar a otros y compartir las experiencias de aquellos que han pasado por situaciones similares” expresó y agregó “es necesario darse el permiso de vivir, sentir y poder expresar lo que nos pasa”.
Uno de los aspectos que más resalta en las declaraciones de Drago es la creciente dificultad de los adolescentes para expresarse en un contexto que, según él, “muchas veces el adolescente no permite poder dialogar, no permite sacar lo que tenemos dentro. Este silencio, sumado a la falta de espacios donde puedan ser escuchados, es un factor que aumenta la vulnerabilidad de los jóvenes”, expresó preocupado.
“Estamos en un sistema donde se prefiere estar en silencio, donde no pensar, no decir, no expresar lo que a uno le está pasando», agregó.
Además de los grupos para prevención del suicidio, la ONG también organiza reuniones para sobrevivientes de abuso sexual y maltrato en la infancia, y extiende su trabajo más allá de las fronteras argentinas, llegando a otras regiones de Sudamérica. «Trabajamos a nivel nacional en todo el país y también en Sudamérica. Desde hace tiempo ya tenemos mucha gente de Sudamérica. Trabajamos también con personas que conocen a alguien que se quitó la vida, porque entendemos que son sobrevivientes y que muchas veces necesitan más ayuda”, explicó Drago.
Un punto clave que destaca el coordinador es el valor de la ayuda mutua, en la que no se ofrecen soluciones prefabricadas, sino que “trabajamos desde la paridad. A mí me ha pasado esto y hablamos desde nosotros mismos”.
Esta perspectiva elimina el juicio y crea un ambiente de apoyo genuino, algo que muchos afectados encuentran más útil y accesible que las líneas estatales de asistencia.
Finalmente, Drago dejó un mensaje inspirador para quienes atraviesan momentos difíciles: “Darse el permiso de vivir, de sentir y no quedarnos estancados en el dolor. Y si estamos ahí estancados, pedir ayuda, abrir la boca y abrir el corazón, que seguramente vamos a encontrar una mano, un hombro, un corazón dispuesto”
La labor de la ONG «Hablemos de Suicidio» continúa marcando una diferencia crucial en la vida de jóvenes y adultos que buscan un espacio para ser escuchados, demostrando cómo el apoyo mutuo y la empatía pueden salvar vidas en momentos críticos.
ONG “Hablemos de Suicidio”
Es una Asociación Civil sin fines de lucro creada en el 2022 por voluntarios con experiencia en prevención del suicidio y escucha a personas que atraviesan o atravesaron situaciones traumáticas relacionadas con el drama del suicidio adquirida en otras instituciones.
En el trayecto, según define su página web “aprendieron que la palabra es sanadora. Esa palabra auténtica que habla de quienes somos, lo que nos pasa, lo que sentimos y lo que queremos; la que nos conecta con lo más hondo de nuestro sufrimiento pero también con el sentido profundo de nuestra existencia; la que solo puede pronunciarse en un ambiente cálido, empático y hospitalario”.
Además realizan una reflexión diciendo “donde quien se acerca con un dolor en el alma encuentra la certeza de que no será juzgado, de que su padecimiento no será negado, ignorado o minimizado, de que será valorado como persona, de que se aceptarán sus particulares formas de pensar y sentir como así también sus miedos y sus debilidades, de que se confiará, más allá de toda incertidumbre, en su capacidad para salir adelante”
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