La recaudación tributaria creció durante febrero en comparación contra el mismo mes del año pasado: la mejora real fue del 12% interanual. El dato es relevante para las cuentas públicas, después de un enero en el que el Gobierno subió fuerte el gasto en la comparación contra un inicio del 2024 en el que la ejecución había estado virtualmente frenada.
ARCA publicó los números de la recaudación tributaria de febrero, que totalizó $13.520.837 millones, lo que implicó una mejora nominal del 86,5%. Si se toman como válidas las proyecciones de las consultoras acerca de la inflación de febrero, que la ubican en torno al 2,3% mensual, el IPC interanual habrá desacelerado fuerte y habrá llegado a superar apenas el 66%, lo que implicará la mencionada mejora real del 12% para los ingresos del fisco.
La gran incógnita para los primeros meses del 2025 era qué sucedería con los ingresos tributarios a partir del fin del impuesto PAIS, lo que a priori, si las noticias no eran buenas, podía desembocar en que el Gobierno tuviera que volver a demostrar su inquebrantable decisión para el ajuste del gasto en caso de ser necesario. El trunco Presupuesto 2025, sin embargo, adelantaba el plan oficial de que la vuelta de algunos impuestos, y la suba de otros, compensara ese fenómeno.
Y así fue: en febrero, tal como había sucedido en enero, el destacado fue el impuesto a las Ganancias, que creció un 139,5% nominal en su recaudación. Eso significó una suba en términos reales del 43,7%. Desde Arca afirmaron: «El Impuesto a las Ganancias presentó una variación interanual de 139,5% recaudando $ 2.615.716 millones. Incidieron favorablemente el incremento de las retenciones de los empleados en relación de dependencia y jubilados».
Sin la suba de Ganancias, la recaudación habría crecido apenas un 65,5% nominal, lo que habría implicado una contracción real del 0,7% en la comparación interanual. Así, la vuelta de Ganancias decidida por el Gobierno fue lo que explicó la mejora en los ingresos del fisco y lo que permitirá no tener que achicar aún más los gastos para sostener el superávit fiscal. El salto más fuerte, aunque menos significativo en la cantidad de pesos recaudados, lo dieron los impuestos a los combustibles: fue del 571,8% nominal, es decir un 303% real.
Hubo un buen desempeño de los tributos relacionados con la actividad económica: el IVA DGI creció un 76,5% nominal, lo que implicó una suba real del 5,9%. Vale recordar que se trata de un buen indicador del consumo del mes previo, es decir enero y de la capacidad de pago de las empresas en febrero. Además, acompañó el impuesto al cheque con una suba del 4,6% real. Los aportes personales y las contribuciones patronales, dependientes del salario y el empleo, crecieron un 36,5% real y un 28,2% real, respectivamente.
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(Fuente: Infobae)