El desplome del consumo de carne vacuna llevó a los argentinos a optar por el pollo, marcando un cambio histórico en los hábitos alimenticios del país.
En un giro histórico en los hábitos alimenticios de los argentinos, el consumo de carne vacuna ha caído a niveles históricos, lo que permitió que el pollo desplace por primera vez a la carne de vaca como la opción más consumida.
Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2024 los argentinos consumieron 49,3 kilogramos de pollo por habitante, frente a 48,5 kilos de carne vacuna, lo que marca el nivel más bajo de consumo de carne de vaca en los últimos 28 años, según estadísticas de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra).
Pese a la caída en la demanda de carne bovina, Argentina sigue siendo uno de los países con mayor consumo de carnes en el mundo. En total, con 115 kilos por persona de carne de vaca, pollo y cerdo, el país ocupa el segundo puesto en el ranking global de consumo per cápita, detrás de Estados Unidos (120 kilos) y por delante de Australia (105 kilos).
Este cambio en el consumo se debe principalmente a la crisis económica y el aumento de los precios de la carne vacuna, lo que llevó a muchos argentinos a elegir alternativas más accesibles como el pollo.
Sin embargo, Argentina sigue siendo el mayor consumidor de carne vacuna del mundo, con un promedio de 48,5 kilos por persona, seguida por Uruguay (42,2 kilos) y Brasil (39,5 kilos).
El pollo, aunque ha ganado terreno, no ha logrado ingresar al podio de los países con mayor consumo de carne aviar, liderado por Perú (56,4 kilos per cápita), Estados Unidos (53,6 kilos) y Australia (53,4 kilos).
Por su parte, el consumo de carne de cerdo también ha crecido de manera significativa en Argentina, alcanzando los 17,7 kilos per cápita en 2024, lo que refleja una tendencia global de mayor consumo de cerdo, especialmente en países como Corea del Sur.