Este jueves se conoció el dato de la inflación correspondiente a septiembre, arrojando un 3,5%, el número más bajo en lo que va del año. Este dato genera una sensación mixta: mientras que es un indicador de que la inflación está disminuyendo, el especialista en economía Gonzalo Acuña advirtió que la Argentina aún está lejos de alcanzar una estabilidad sostenida. “3,5% de inflación mensual es un montón”, afirmó, haciendo una comparación con Bolivia, cuyo índice anual es de solo 2,2%.
En diálogo con “La Última Rosca” de Radio Up 95.5, el especialista Acuña destacó que, aunque la inflación sigue siendo alta en comparación internacional, es positivo que se haya roto la tendencia de meses anteriores en torno al 4%. “Es bueno porque genera una expectativa de que la inflación siga bajando, lo que reduce la incertidumbre y frena posibles alzas de precios en los mercados”, explicó.
La presión sobre los hogares
Al desmenuzar el dato, Acuña resaltó que rubros clave como vivienda y servicios aumentaron más del 7%, lo que afecta a las clases medias y bajas. Sin embargo, alimentos y bebidas subieron solo un 2,3%, lo que se alinea más con el objetivo del gobierno para este año. “El objetivo del gobierno es que el índice de inflación termine lo más cercano al 2%”, comentó.
A pesar de la mejora en los números, el impacto en el bolsillo de los ciudadanos aún es limitado. La recomposición del poder adquisitivo es un proceso lento. “Hoy por hoy, el poder de ahorro cada vez es menor. Lo que ganamos se destina principalmente a lo esencial: alimentación, vestimenta, transporte”, subrayó Acuña.
En este contexto, Acuña sugirió que los argentinos deben comenzar a explorar nuevas alternativas de inversión más allá del tradicional plazo fijo o la compra de dólares. “Hoy los bancos ofrecen fondos comunes de inversión (FCI) que son muy accesibles a través de las aplicaciones de los celulares. Con unos pocos clics, se puede poner el dinero a trabajar de manera más eficiente que en un plazo fijo”, explicó.
Además, Acuña enfatizó la importancia de adaptarse a este nuevo panorama financiero, donde la circulación del dinero en el sector privado está dinamizando la economía. “El dinero tiene que circular. Si lo tenemos guardado bajo el colchón, no contribuye al crecimiento económico. Invertir en fondos comunes no solo protege contra la inflación, sino que también financia a empresas que invierten en el país”, destacó.
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El desafío de las tarjetas de crédito
Otro de los temas abordados por el economista fue el uso excesivo de las tarjetas de crédito, una problemática común en las clases medias. “Las tasas de interés de las tarjetas de crédito son lo más asesino que hay en el sistema financiero. La mejor forma de salir de esa trampa es refinanciar la deuda con un crédito personal a una tasa mucho más baja”, aconsejó Acuña. No obstante, advirtió que el verdadero desafío es no volver a recurrir a la tarjeta como una solución a corto plazo.
Por último, el economista concluyó que, aunque las señales son positivas, el camino hacia una inflación controlada y una economía estable aún es largo. Mientras tanto, recomendó a las familias argentinas interiorizarse más en temas financieros y explorar nuevas formas de ahorro e inversión. “El cambio de paradigma ya está en marcha. Tenemos que ser más conscientes y profesionales en la gestión de nuestras finanzas”, concluyó.