En diálogo con “El País de la Libertad” de Radio Up 95.5, el presidente de la Fundación ProTejer, abordó la compleja situación que enfrenta la industria textil argentina, donde el costo de las prendas es un tema recurrente en el debate público.
Según Galfione, el precio final de la ropa en el país está influenciado principalmente por factores ajenos a la producción. “El 50% del ticket que pagamos por una prenda son impuestos, y apenas el 10% del valor es el costo de producción”, explicó.
Durante los últimos años, Argentina fue señalada por tener precios elevados en comparación con otros países, tanto de la región como del resto del mundo. Sin embargo, Galfione destacó que no toda la responsabilidad recae en la producción textil. “En Argentina hay ropa de todo precio: barata, de precio medio, cara y carísima. La ropa más cara se vende en shoppings, marcas de alto nivel, pero también hay indumentaria muy accesible, sin esas marcas de lujo», señaló.
El presidente de ProTejer subrayó que los costos de producción no varían drásticamente entre prendas nacionales y extranjeras de calidad similar. “En Argentina, por ejemplo, hay cinco fábricas de jeans que abastecen al mercado nacional. La materia prima es la misma que la que se usa en Brasil. Lo que cambia es el diseño y el prestigio de las marcas, que tienen un costo intangible, muchas veces superior al del propio producto”, afirmó.
La comercialización como principal desafío
Por otro lado, Galfione se refirió a la diferencia de precios entre distintas áreas del país y dentro de las mismas ciudades. “El problema en Argentina no es producir, sino comercializar»”, aseguró. “El mismo producto puede costar dos, tres o hasta cuatro veces más en diferentes ámbitos comerciales debido a los costos asociados al comercio, como alquileres, tasas municipales y provinciales”.
El elevado peso de los impuestos en el precio final es significativo. “El 50% de lo que pagamos en un shopping son impuestos. Además, si compramos en cuotas, eso representa otro 20%. De los 100.000 pesos que pagamos por un jean, 90.000 pesos no tienen que ver con el producto en sí”, detalló.
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Ante la idea de abaratar costos liberando las importaciones, Galfione fue contundente: “Esto ya se intentó antes y no funcionó”. Recordó que entre 2018 y 2019 las importaciones estaban liberadas en Argentina, y sin embargo, los precios de la ropa no bajaron. “El problema no es producir, es comercializar. Hasta que no se solucione eso, la ropa seguirá siendo cara, incluso con importaciones baratas”, enfatizó.
En cuanto al presente de la industria textil, Galfione señaló que el sector realizó importantes inversiones en tecnología, alcanzando estándares de clase mundial. Sin embargo, la capacidad productiva no se está utilizando en su totalidad.
“Hoy seis de cada diez máquinas están paradas. A pesar de que invertimos más de 1.300 millones de dólares en tecnología, la falta de competitividad nos sigue afectando. La caída en la producción este año es de entre el 30 y el 40%, dependiendo del segmento”, concluyó.