Se estima que la caída interanual del consumo fue de entre el 5% y el 6%. Este descenso se suma al retroceso del 3,8% de enero de 2024 en comparación.
El consumo masivo en Argentina continúa su caída libre, superando incluso los niveles más bajos registrados al inicio de la gestión de Javier Milei. La crisis económica se profundiza, afectando a millones de hogares que luchan contra la inflación descontrolada y el creciente costo de vida.
Según fuentes del sector, aunque aún no se publicaron datos oficiales, las ventas en grandes cadenas de supermercados experimentaron una nueva caída en enero, consolidando un panorama cada vez más sombrío. Se estima que la caída interanual fue de entre el 5% y el 6%. Este descenso se suma al retroceso del 3,8% de enero de 2024 en comparación con el mismo mes del año anterior, y a la drástica baja del 8,3% en supermercados a nivel nacional.
Si la tendencia persiste y las ventas continúan cayendo por encima del 5%, se estima que en los últimos dos años las ventas en supermercados habrían perdido casi un 15% de su volumen en términos reales. Este dato refleja el impacto devastador de la inflación, los tarifazos y la licuación del poder adquisitivo de los argentinos, que se ven obligados a ajustar cada vez más sus presupuestos familiares.
Ventas minoristas en PYMES: Un rebote temporal
En contraste, las pequeñas y medianas empresas (PYMES) registraron un rebote interanual del 25,5% en sus ventas durante enero, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Sin embargo, este dato no puede tomarse como una buena noticia, ya que no compensa la caída del 28,5% sufrida en enero de 2024. De hecho, las ventas en comparación con enero de 2023 se mantienen un 10,2% por debajo, mientras que en comparación con diciembre de 2024, las ventas cayeron un 0,5%, confirmando la tendencia negativa persistente.
Aunque el sector minorista experimentó un leve rebote, la realidad es que el panorama sigue siendo crítico para las PYMES, muchas de las cuales están luchando por mantenerse a flote ante la caída en el consumo y la inflación que reduce el poder adquisitivo de los argentinos.
El Consumo en el Exterior: Un Contraste Abismal
Mientras tanto, los argentinos que tienen acceso a la moneda extranjera y pueden viajar al exterior o realizar compras con tarjetas de crédito en dólares experimentan una realidad completamente diferente. Gracias a la apreciación del tipo de cambio, el gasto en dólares alcanzó un récord histórico de US$864 millones en enero. Este número refleja la creciente salida de divisas del país, una tendencia que contrasta con la situación interna de los hogares argentinos.
Este consumo en el exterior también se ve reflejado en el uso de sistemas de pago como el PIX en Brasil, una opción cada vez más popular entre los argentinos que buscan aprovechar el cambio favorable. En contraste, los consumidores dentro de Argentina se ven atrapados en una espiral de precios al alza, con los servicios esenciales como tarifas de electricidad, gas, alquileres y prepagas absorbiendo una porción cada vez mayor de sus ingresos.
El creciente desajuste entre salarios e inflación
A pesar de que la inflación medida por el INDEC comenzó a desacelerarse, la recuperación del poder adquisitivo en los hogares sigue siendo una tarea titánica. El problema principal radica en el constante aumento de los gastos en servicios esenciales. Los salarios, que apenas logran empatarle a la inflación, no alcanzan para cubrir los costos de productos básicos como alimentos, productos de limpieza y de higiene personal.
La situación es aún más dramática para los sectores más vulnerables, que no solo enfrentan precios elevados, sino también una creciente precarización laboral. Los trabajadores que observaron sus ingresos perder poder adquisitivo se encuentran con menos dinero disponible para las necesidades cotidianas, lo que profundiza aún más la crisis social y económica.
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Fuente: (Noticias Argentinas)