Por primera vez, la Canasta Básica Total (CBT) superó la línea del millón de pesos. El mismo informe reveló que para no caer en la indigencia, los ingresos de esa misma familia debieron ser superiores a $439.240. Este dato corresponde a la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que contempla los bienes esenciales para la subsistencia.
En noviembre, una familia tipo de cuatro integrantes (dos adultos y dos menores) necesitó $1.001.466 para no ser considerada pobre, según informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
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Incremento mensual e interanual
El aumento de la CBT respecto a octubre fue de 1,5%, mientras que la variación interanual alcanzó el 156,5% y la acumulada en 2024 llegó al 102%. En tanto, la CBA registró una suba del 1,1% en noviembre, con un incremento interanual del 137,4% y una variación acumulada del 82,5%.
En octubre, los valores habían sido inferiores: $986.586 para no ser pobre y $434.620 para no ser indigente, mostrando un aumento constante que refleja el impacto de la inflación en los costos de vida.
La Canasta Básica Total incluye, además de alimentos, otros bienes y servicios como indumentaria, salud, transporte y educación, que determinan la línea de pobreza. En cambio, la Canasta Básica Alimentaria se centra exclusivamente en bienes de primera necesidad y establece la línea de indigencia.
Según los datos del INDEC, un hogar de tres integrantes requirió $797.284 para no ser pobre y $349.686 para no ser indigente. Por su parte, una familia de cinco miembros necesitó $1.053.322 para superar la línea de pobreza y $461.983 para no caer en la indigencia.
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En paralelo, el Instituto de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires (CABA) informó que en noviembre una familia porteña necesitó ingresos superiores a $1.614.641,54 para ser considerada de clase media, sin contar el costo del alquiler. Para no ser pobre, esa cifra se ubicó en $1.032.246.
Si se incluyen los costos de alquiler, los ingresos necesarios ascendieron a $1.450.000 para superar la pobreza y más de $2.200.000 para pertenecer a la clase media. Estos valores reflejan las diferencias en el costo de vida entre la Capital Federal y el promedio nacional.
Los datos publicados subrayan la escalada inflacionaria y sus efectos sobre los hogares argentinos, con una creciente presión sobre los ingresos necesarios para alcanzar un nivel de vida básico.
