El precio de la carne volvió a subir en los últimos días, con incrementos de hasta un 12% en algunos cortes, aunque el impacto varía según la región. En Buenos Aires, los aumentos alcanzaron el 20%, mientras que en otras zonas como Entre Ríos, donde opera el empresario cárnico Abel Motte, el ajuste fue más moderado.
“Nosotros no hemos tenido un incremento sustancial. Puede llegar a haber un incremento de un máximo de 10%, 12%”, explicó Motte en diálogo con “El País de la Libertad” de Radio up 95.5. Además, remarcó que las diferencias con Buenos Aires son notorias: “Allá un kilo de asado cuesta entre $12.000 y $14.000, y acá está $8.600”.
Si bien los aumentos generan preocupación, el empresario señaló que la verdadera problemática no está en los precios de la carne en sí, sino en la pérdida del poder adquisitivo. “Si nosotros teníamos un presupuesto para pagar la luz de 100 y hoy viene 300, y lo debo pagar sí o sí, me limito al consumo de otros productos. Esa es la realidad que estamos viviendo todos. Si un alquiler valía 100 y hoy está 400, yo tengo que seguir viviendo bajo un techo”, analizó.
Una suba anual del 40% y el impacto de la sequía
Según Motte, en 2024 la carne tuvo un aumento acumulado del 40%, un porcentaje que, si bien es significativo, sigue por debajo de la inflación. Sin embargo, la escasez de hacienda gorda en los mercados, producto de la sequía, está generando nuevas subas en el precio de la carne.
“La seca que hemos tenido en todo el país ha generado una baja oferta de hacienda gorda en los mercados y eso sí genera un aumento, porque cae la oferta y la demanda estaba sostenida”, explicó el empresario. A pesar de la incertidumbre del mercado, aclaró que intentan trasladar los aumentos de manera controlada: “Nosotros tratamos de tener el mejor precio posible al público y vamos acompañando con los aumentos de la carne”.
El contexto inflacionario ha modificado los hábitos de consumo, generando un cambio en la preferencia de los clientes. “Más lo que va a la olla, la milanesa y la molida es lo que se está vendiendo más en relación a lo que se vendía antes”, detalló Motte. En contraste, cortes más costosos como la picaña, la colita de cuadril y el peceto han reducido su salida. “Son cortes más caros y hoy la gente busca que la carne rinda más”, agregó.
El impacto del programa Ahora Carne y la dinámica de consumo
En medio de los aumentos, algunas iniciativas han ayudado a sostener las ventas. Motte destacó el impacto del programa Ahora Carne, que ofrece un 20% de descuento a quienes pagan con tarjeta Visa Débito del Banco Macro los lunes, martes y miércoles.
“Imaginate que un asado que está $8.600, si le aplicamos el 20% de descuento, nos queda verdaderamente muy barato, nos quedan $7.000”, explicó. Este tipo de incentivos han permitido que algunos consumidores puedan seguir comprando carne a precios más accesibles.
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El mercado exportador y su impacto en el consumo interno
Consultado sobre la posibilidad de implementar políticas para mejorar el abastecimiento interno, como ocurre en Uruguay, Motte explicó que la exportación depende de la demanda externa y no de una decisión local.
“Uno no puede exportar lo que quiere. Exporta lo que le demandan. Lo que exporta Uruguay es lo mismo que se demanda en Argentina. Una paleta y aguja es muy difícil de exportarla, entonces queda en el mercado interno”, detalló.
Asimismo, aclaró que el asado no es un producto de exportación masiva: “Siempre que hubo mucha exportación, la Argentina tuvo una oferta en el mercado interno muy interesante en cortes, partiendo hasta el propio asado. El asado es un incidente de exportación, nadie se lo lleva. No hay un país, sacando a Sudamérica, que importe asados. Cuando hablo de Sudamérica, estoy hablando de Brasil, Uruguay, Paraguay”.
En cuanto a los productos que sí tienen demanda internacional, explicó que la famosa cuota Hilton, que se destina a la Comunidad Europea, solo incluye cortes selectos como el lomo, el bife angosto y algunos cortes del cuarto. “El resto queda para el mercado interno”, aseguró. Sin embargo, señaló que actualmente las exportaciones no están en su mejor momento: “Hoy esas exportaciones no están todavía con furor, están lentas, porque el precio de la Hilton está muy bajo”.
Perspectivas a futuro: un mercado incierto
Por último, Motte reconoció que el futuro del sector es difícil de prever debido a la inestabilidad económica. “Esto está muy incierto lo que pasa en el mercado. Muy, muy, muy incierto”, enfatizó.
A pesar del contexto desafiante, el empresario aseguró que el consumo de carne sigue siendo constante, aunque con cambios en las preferencias de los consumidores. “No digo excepcional, pero un movimiento constante”, indicó sobre el desempeño del sector en enero.