¿Sabías que tenés el poder de elegir en qué centrar tu atención? Todos podemos decidir dónde dirigir nuestra concentración; podemos canalizar nuestra capacidad de atención hacia diferentes puntos o actividades a lo largo del día.
Sin embargo, en nuestra vida apresurada, a menudo dejamos nuestra capacidad de atención en libertad, permitiendo que el entorno dicte el orden de nuestras prioridades y que oriente hacia qué debemos prestar atención en cada momento. A veces, estamos tan inmersos en nuestros pensamientos que no somos conscientes de que nuestras acciones no están alineadas con nuestros objetivos.
Tu enfoque es tu capacidad de atención. Algunas personas tienen una mayor capacidad para concentrarse, mientras que otras tienden a vivir de manera más dispersa. Sin embargo, en ambos casos, podemos elegir en qué aspectos de la vida queremos situar nuestra mente y desde qué perspectiva mental queremos observarlos.
Todos experimentamos circunstancias positivas y negativas a lo largo del día. ¿Notaste cómo algunas personas pasan el tiempo quejándose y lamentándose por todo, mientras que otras enfrentan las situaciones con aceptación y calma? ¿Te detuviste a reflexionar sobre cómo enfrentás vos esas situaciones? ¿Con qué frecuencia te encontrás inmerso/a en un ciclo de quejas continuas?
¿Querés tomar el control en tu vida? Es momento de enfrentar aquello que te molesta. Pará, tomá papel y birome, y reflexioná: ¿Por qué realmente me molesta o afecta lo que está sucediendo? Una vez identificado, planteá una estrategia para abordar esas situaciones de manera asertiva.
Comenzá por registrar todas las cosas positivas que hacés a lo largo del día, desde los logros más pequeños hasta los más grandes. Reconocé cada paso que das, desde el simple acto de desayunar hasta cumplir con tus metas y objetivos diarios. ¿Llegaste puntual al trabajo? ¿Te ejercitaste o comiste saludablemente? Incluso, date un momento para vos mismo/a.
Luego, establecé objetivos alcanzables para el día siguiente. Cada paso en la dirección correcta es motivo de celebración. Observá cómo tus acciones positivas se acumulan y cómo tu enfoque se desplaza hacia lo constructivo y edificante.
¡Éxitos!