Ezequiel Lo Cane, Padre de Justina y Promotor de la Ley Justina, habló en exclusiva con RadioUp sobre la donación de órganos en Argentina
La Ley Justina, sancionada en el año 2018 en honor a Justina Lo Cane, una niña que lamentablemente falleció mientras esperaba un trasplante de órganos, establece que todas las personas mayores de 18 años en Argentina son consideradas donantes de órganos y tejidos por defecto. Esta disposición es un pilar fundamental de la legislación y tuvo un impacto significativo en el aumento de la disponibilidad de órganos y tejidos para trasplantes en el país.
Ezequiel Lo Cane, padre de Justina y uno de los principales impulsores de la Ley Justina en Argentina, en una entrevista exclusiva con Alejandro Chini y Bryan Villalba por “La última Rosca” de RadioUp 95.5, brindó una visión profunda sobre esta legislación que revolucionó la forma en que el país aborda la donación de órganos y tejidos.
Uno de los aspectos cruciales de esta ley es la obligación de que en todas las unidades de cuidados intensivos (UCI) del país haya al menos un profesional conocido como ablacionista o procurador. Estos especialistas son cirujanos encargados de realizar la cirugía de extracción de órganos en el caso de fallecimiento de un paciente. Aunque esta disposición comenzó a implementarse recién en el año 2023, representa un avance vital para mejorar la donación de órganos en Argentina y garantizar que ningún órgano viable se pierda.
Ezequiel Lo Cane también destacó el impacto de la pandemia de COVID-19 en la donación y los trasplantes en el país. A pesar de los desafíos que enfrentó el sistema de salud durante este período, Argentina continuó realizando trasplantes, aunque con una disminución temporal. Sin embargo, en el año 2023, los índices de trasplantes están volviendo a equipararse con los niveles de 2019, lo que es una señal alentadora para quienes necesitan uno.
Otro logro importante de la Ley Justina es la reducción significativa de la negativa a la donación de órganos en menores de 18 años. “Antes de la implementación de la ley, los padres de menores de 18 años a menudo se negaban a donar los órganos de sus hijos. Sin embargo, desde que entró en vigencia la ley, esta negativa disminuyó considerablemente”, aseguró.
En relación con la compatibilidad de órganos entre adultos y niños, Lo Cane explicó que no es simplemente una cuestión de edad. Factores como el grupo sanguíneo y el tamaño del órgano desempeñan un papel fundamental en la determinación de la idoneidad de un órgano para el trasplante. En algunos casos, un adulto podría donar a un niño si existen compatibilidades adecuadas, lo que amplía las posibilidades de salvar vidas en situaciones críticas.
Ezequiel Lo Cane concluyó enfatizando la importancia de la comunicación y la educación en la promoción de la donación de órganos. Destacó la necesidad de hablar abierta y sinceramente sobre el tema, de disipar dudas y de eliminar los temores que rodean a la donación de órganos. “La donación de órganos es un acto de nobleza que puede cambiar la vida de alguien de manera trascendental”, subrayó.