La Cámara de Diputados de la Nación dedica entre el 70% y el 85% del tiempo de sesión a tratar temas ajenos a los proyectos de ley. Así lo señaló un informe del laboratorio Colossus Lab, que analizó 19 sesiones realizadas entre enero de 2024 y julio de 2025.
Según los datos recabados, solo entre el 15% y el 30% del tiempo en el recinto se utiliza para discutir de forma sustancial el contenido de las leyes en agenda. El resto se consume en homenajes, planteos de privilegio, cruces políticos y debates reglamentarios.
El informe identificó más de 160 horas de sesiones en ese período. De ese total, apenas unas 40 se usaron para tratar temas incluidos en el temario. Las otras 120 estuvieron marcadas por discursos generales, mociones de orden, cuestionamientos al proceso legislativo e incluso acusaciones personales.
“Esto no es solo un problema de funcionamiento. También refleja un sistema legislativo que no está enfocado en los resultados ni en el seguimiento de sus efectos”, señala el texto de Colossus. El estudio destaca que la ausencia de debate técnico y la extensión innecesaria de las sesiones socavan la legitimidad del Congreso.
Para dimensionar la incidencia de las “cuestiones de privilegio”, se realizó una simulación de tipo Montecarlo. El análisis sugiere que si se limitaran a ocho por sesión, se podría reducir ese espacio a menos del 10% del tiempo total, sin afectar la representación.
El informe también incluye un gráfico que detalla qué bloques utilizan más este recurso. Unión por la Patria, con 98 diputados, concentró el 36,1% de las cuestiones de privilegio en 2025. Le sigue el Frente de Izquierda, con solo dos bancas pero un 13,9% del total.