Desde 1967, el Día Internacional de la Alfabetización se celebra cada año en todo el mundo para recordar al público la importancia de la alfabetización como factor de dignidad y de derechos humanos. En Argentina se estima que el número de personas analfabetas supera el millón.
A pesar de los logros alcanzados, los desafíos persisten, ya que 773 millones de adultos en el mundo no poseen, hoy en día, las competencias básicas en lectoescritura. Sobre una población de 37 millones de habitantes, la Argentina tiene 1.406.000 analfabetos totales (un 3,8%) a lo que se suma las dificultades en la comprensión de textos y la falta de acceso a las nuevas tecnologías que afectan a gran parte de los argentinos, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
«En términos de analfabetismo clásico, la Argentina está muy bien, es un país que a nivel histórico superó hace tiempo el problema del analfabetismo grave. En la actualidad el índice está en el orden del 3,8 por ciento y se concentra en la población mayor de 40 años», sostuvo Juan Carlos Tedesco, representante de UNESCO en Argentina.
En la Argentina, sin embargo, el problema más serio tiene que ver con la calidad de la educación básica. «Los chicos van a la escuela, permanecen muchos años en el colegio y aprenden muy poco», afirmó el experto. «Las pruebas de medición de la calidad en la Argentina muestran que los alumnos tienen muy poca capacidad para leer un texto y comprenderlo; pueden leerlo mecánicamente pero no lo entienden», evaluó Tedesco.
Es más, estas fallas en la educación causan que las personas no puedan expresarse, no puedan decir lo que quieren, lo que sienten. «En términos de comportamiento ciudadano esto es muy grave», resaltó.
Participación Cívica
Si uno no puede leer el diario y enterarse de lo que pasa, o entender lo que está escrito, no puede expresar demandas. Y esto es muy peligroso, porque significa que un porcentaje importante de la población está fuera de la participación cívica básica», alertó Tedesco.
Según Tedesco, a esto se suma que el alfabetismo hoy también implica el mundo digital y en este sentido, en la Argentina el acceso a Internet está en el orden del 6% pero aclaró que es probable que en algunas ciudades y sectores sociales esté muy por encima de ese promedio, y en otros esté muy por debajo. Ante esto, Tedesco destacó que le parecen interesantes y prometedoras, las estrategias de acceso masivo a las nuevas tecnologías que se desarrollan ahora, porque es el Estado el que tiene un papel fundamental para compensar diferencias.
«El acceso a las nuevas tecnologías en los sectores medios y altos puede quedar a cargo de la familia o de sectores privados, pero en los sectores populares sólo el Estado puede ser el factor de cambio», sostuvo. Frente a este avance de las nuevas tecnologías hay otros factores culturales: «Es evidente que los jóvenes están muy receptivos mientras que los adultos son mucho más resistentes», comentó. «Da la impresión que en este campo se estaría invirtiendo la ecuación tradicional donde el maestro sabe más que el alumno. Aquí parece que el alumno sabe más que el maestro»
(Fuente: UNESCO; La Prensa)