Fabricio Tejerina, el director de Vigilancia y Control de Vectores, confirmó que el aumento en la frecuencia de las lluvias y las elevadas temperaturas, propician a la propagación de los vectores de la enfermedad, en un contexto en el que persisten los reservorios y sólo se visita el 40% de las viviendas en la capital misionera.
Los índices larvarios de mosquitos Aedes aegypti, vectores del dengue, el zika, la fiebre chikungunya y la fiebre amarilla, son preocupantes en Posadas, según los datos relevados por el más reciente relevamiento Levantamiento de Índices de Reservorios de Aedes aegypti (LIRAa) Sin brindar números, la secretaria de salud municipal Lilian Tartaglino admitió que los resultados del último Liraa muestran una duplicación de índices larvarios, en la comparación interanual.
Pese a que habría el doble de larvas y de mosquitos vectores de dengue en Posadas, el director de Vigilancia y Control de Vectores de la Municipalidad de Posadas, Fabricio Tejerina consideró que no corresponde declarar la emergencia epidemiológica, una atribución que corresponde al Ministerio de Salud de la provincia. “Una cosa son los índices, y otra son los enfermos”, remarcó el funcionario renovador, insistiendo en que la mayor presencia de vectores, no necesariamente se traduce en mayor cantidad de infectados.
En diálogo con el programa “Primera Vuelta” que se emite por Radio Up 95.5, Tejerina remarcó que las lluvias frecuentes, con altas temperaturas son propicias para la proliferación de los mosquitos vectores del dengue. “Esta cantidad de lluvia provoca que haya muchos lugares que acumulen agua. Más el calor que acelera el ciclo de vida del mosquito, todo hace que las poblaciones mosquitos puedan reproducirse más rápido y en mayor cantidad”, puntualizó el funcionario municipal.
“Entonces eso provoca que al haber mayor cantidad de mosquitos haya mayor probabilidad de que las personas se puedan infectar con esta enfermedad vectorial. Cuánto más mosquitos (exista), más probabilidades le piquen a una persona enferma y (luego) piquen a una persona sana y contagien estas enfermedades. Así que está lluvia, el calor, el efecto de (la corriente de) ‘El Niño’, el cambio climático, hace que la situación epidemiológica con respecto a las enfermedades vectoriales, no solamente acá, sino en todo el mundo, se vaya complicando”, insistió Tejerina, vinculando la proliferación a los fenómenos climáticos.
En cuanto a los reservorios más frecuentes que han encontrado en el último relevamiento Liraa, Tejerina reveló que los principales criaderos “en los patios, en las casas de la población de Posadas, son los baldes pintura, esos 20 litros, 10 litros, o recipientes más o menos parecidos. Esos son los principales criaderos que detectamos: el 30% de los criaderos de mosquitos que encontramos son de ese estilo”, detalló.
Y agregó: “Después el tema de las cubiertas (llantas) en los patios también, las planta en agua y después tachos, tanques más grandes. Entonces esos son los cuatro tipos de criaderos más comunes que vemos en los patios de las casas”, subrayó.
Concretados ya 38 relevamientos Liraa en Posadas, Tejerina sostuvo que hubo un cambio significativo en las costumbres de la población en lo que refiere a los residuos eliminables o “descacharrables”. “Lo primero que se vio a los 2009, o en los primeros relevamientos eran muy altos esos tipos de criaderos, cosas que la gente decía que iba a tirar y que tenían larvas de mosquitos. Con el tiempo, con la acción de descacharrar, la limpieza que se vino haciendo, todos esos elementos fueron disminuyendo. Y fueron quedando los principales (recipientes) que son de uso cotidiano (baldes) que la gente no los va a tirar y eso dificulta más porque no los tira pero tampoco los cuida”, comentó.
Para el funcionario, falta o no se ha encontrado la estrategia – en el plano sociológico y antropológico – para que los conocimientos que tienen los vecinos respecto de la lucha contra los criaderos de mosquitos, se transformen en prácticas diarias, en costumbres que ayuden a erradicar los focos de vectores. “¿Cuál es la herramienta para que la gente llegue a la práctica a sus conocimientos? Esa parte (falta) no solo acá, sino que nos pasa en muchos lugares, en muchos países”, insistió el funcionario utilizando la estrategia de cambiar de escala para hablar de un problema local.
Consultado al respecto, Tejerina admitió que en un año, con los relevamientos de Liraa y las campañas de eliminación de reservorios de vectores de dengue, “apenas llegamos a pasar por el 30 o 40% como mucho (de las casas) y muchas veces se repite (la presencia de reservorios) en algunos lugares. Hicimos un trabajo en el 2014, y en 60 casas que tenían criaderos, cuando volvimos a los 6 meses, casi el 50% seguía conservando los mismos criaderos”, soltó Tejerina sobre la inconstancia en algunos hogares, pero hace casi una década atrás,
En cuanto a qué esperan para este verano en términos epidemiológicos, dada la duplicación de larvas en Posadas, Tejerina admitió: “lo vemos bastante complicado. Este año no ha terminado el 2023 y la Argentina, contando el 1 de enero hasta ahora, tiene la epidemia más grande en la historia. Tenemos más de 130.000 casos y 60 y pico de fallecimientos, lamentablemente. Esa situación, se ha repetido también en Brasil, Paraguay, Bolivia”, remarcó nuevamente, apuntando a la cuestión regional, y evitando hablar de los datos locales.
“La circulación del virus estuvo activa durante el otoño, el invierno, por lo cual, al verano, lo vemos complicado. Seguiremos trabajando fuertemente, llamando a la colaboración de la comunidad. Pero hay que estar preparado para que esta situación no se desborde”, dijo Tejerina, quien, sorprendentemente, consideró que no es necesaria una declaración de emergencia en Posadas
Sobre este punto, Tejerina aclaró: “La emergencia la declaran los ministerios. Nosotros como municipio no lo podemos hacer. Lo que sí hay que hacer es seguir trabajando fuertemente”, remarcó.
Sin embargo, al recordársele que en 2020 hubo una declaración de emergencia epidemiológica por 120 día y que, la secretaria de salud Tartaglino admitió que se duplicó la cantidad de larvas de 2022 a 2023, Tejerina empleó el argumento que disocia la cantidad de infecciones de la cantidad de reservorios de vectores de dengue. “No se evaluó que todavía (la emergencia) No es necesaria. Seguramente se conversará y se verá cómo evoluciona la enfermedad. Una cosa son los índices y otra cosa los enfermos. Entonces, hay que ver, digamos, cómo evoluciona la situación”, enfatizó Tejerina, sin apuntar a las sospechas que surgen sobre un subregistro de casos por la baja cantidad de testeos contra el dengue en Misiones.
Vale remarcar sobre la cantidad de enfermos, que en Misiones es bajísima la cantidad de testeos de dengue, lo que se transforma, por lógica, en una baja cantidad de infectados. Curiosamente, esa supuestamente escasa cantidad de casos de dengue –donde hay un evidente subregistro por baja cantidad de exámenes– es la que utilizan funcionarios para justificar que no se declare la emergencia epidemiológica.
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