Finalmente, Salud Pública de Misiones reconoció oficialmente la gravedad de la situación referida al dengue en Posadas; aunque no hay referencias sobre el cuadro en otros puntos de la provincia, donde también llueve y donde también hay mosquitos.
Este viernes, autoridades sanitarias admitieron que tienen más de cien infectados, que es alto el número de embarazadas que ingresan al Hospital Materno Neonatal de la capital provincial con cuadro febril compatible con dengue y aclararon que en cuando una mujer embarazada tiene dengue, se considera que son dos pacientes.
Algunas acciones comenzaron a ser visibles en muy escasos sectores de la ciudad, tal como fumigación -cuya efectividad es dudosa desde el punto de vista científico- y se difundió un spot con las recomendaciones para evitar la presencia del mosquito transmisor.
Como si la cantidad de sintomáticos que ingresan a las guardias de los hospitales no fueran suficientemente grave, se le suma la presencia de chikungunya, otra de las enfermedades asociadas al mismo mosquito que abunda en Posadas y alrededores e igualmente grave para la población en general, pero particularmente para bebés de hasta un año y personas mayores de 65.
La centralidad temática que localiza la problemática solamente en Posadas se debe a que en ningún caso, Salud Pública. ni institucionalmente, ni a través de algunos de los profesionales que a cuentagotas y superados por las circunstancias hablaron sobre el tema, informó sobre cuál es el panorama en el resto de la provincia.
Algunas de las tímidas medidas que tomó por ejemplo la Municipalidad de Posadas, son demostradamente ineficientes, según el Ministerio de Salud de la Nación, que en su portal www.argentina.gob.ar sostiene: «A diferencia de lo que se suele creer, la fumigación no es una solución definitiva ni la más eficaz para eliminar a los mosquitos o prevenir las enfermedades que transmiten».
Y precisa aun más: Si bien en las épocas de calor, la fumigación colabora en la reducción de insectos, es preciso saber que solo mata a una parte de los mosquitos adultos y no afecta a las larvas, pupas y huevos. Por eso, se utiliza principalmente como medida de control ante emergencia sanitaria, es decir cuando aparece un caso sospechosos de zika, dengue o chikungunya.
El objetivo de la utilización de insecticidas es disminuir la cantidad de mosquitos adultos infectados que podrían transmitir enfermedades a personas sanas, cortando el ciclo de transmisión.
La aplicación de insecticidas mediante fumigaciones debe ser evaluada por la autoridad sanitaria, teniendo en cuenta la situación epidemiológica, el riesgo de aparición de resistencia en los insectos, el impacto causado en la salud ambiental y el costo de este tipo de tratamiento. Por todo lo anteriormente expuesto, la aplicación de adulticidas sólo se recomienda ante la detección de casos sospechosos, como medida de control ante emergencia.
El insecticida sólo tiene efecto sobre los insectos cuando entra en contacto con éstos. Cuando el insecticida cae al piso o se evapora ya no ejerce efecto. Además, los productos insecticidas que se utilizan para control de Aedes aegypti, deben ser autorizados por ANMAT como plaguicidas para uso en salud pública y únicamente deben ser aplicados por profesionales /personal entrenado de acuerdo a las normativas vigentes del Ministerio de Salud de la Nación
Dos comisiones para no resolver nada
El viernes último se comunicó con bombos y platillos que el Poder Ejecutivo provincial organizó una reunión para la creación de un espacio “de lucha contra el dengue”. El cónclave fue encabezado por el gobernador Hugo Passalacqua, participaron algunos ministros, el intendente de Posadas, el vicegobernador y otros funcionarios.
Sobre el objetivo de la reunión fuera de época, se informó que era “fortalecer las estrategias de prevención del dengue” en el contexto de un brote que ya se cobró –al menos, reconocidas oficialmente– tres víctimas fatales en Misiones y otras tantas tal vez disfrazadas en sus denominaciones.
Con un brote que está dejando casos fatales oficialmente reconocidos como producto del dengue en Misiones y un aumento superlativo de infecciones, el gobernador Hugo Passalacqua reiteró que de esa manera se está “dando cumplimiento a la Ley de Protección contra Enfermedades Vectoriales aprobada por la Cámara de Representantes el año pasado”.
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La mesa contra el dengue surgió entonces en un contexto epidemiológico complejo, con un número creciente de casos y de fallecimientos por la infección que transmite el mosquito vector Aedes aegypti. Y el mes elegido puede no ser el más acertado: hay un consenso casi unánime entre investigadores y expertos respecto de la importancia de la erradicación de reservorios de larvas en invierno, es decir, cuando los mosquitos hembra no están presentes y las infecciones son raras o esporádicas.
Lo de “fuera de época” resalta en esta oportunidad ya que en abril de este mismo año que fenece, el infectólogo Eduardo López explicó a un medio nacional que, por entonces, el alto número de casos y de fallecidos por dengue en todo el país, tenía que ver con la aparición y circulación del serotipo 2 (DENV2) y con la falta de trabajo de eliminación de las larvas en el invierno anterior.
“El número de casos sigue aumentando –sostuvo López en Abril al portal Ámbito– y esto se da por dos datos: en primer lugar, porque se trabajó poco en el invierno en recordarle a la gente que el descacharreo es el elemento vital para evitar que la hembra mosquito pueda crecer y en segundo lugar que están circulando dos serotipos, el dengue tiene como 4 y están circulando el uno y el dos”.
“El dos es uno de los serotipos que da la enfermedad más grave y eso nos está dando un número de muertos no esperado. Aún no llegamos al pico, va a seguir aumentando un tiempo más sobre todo porque va acompañado del clima caluroso que es cuando la hembra mosquito tiene más actividad para picar”, aseveró por entonces López, dejando en claro que es de crucial importancia la eliminación de reservorios en el periodo interbrote, es decir en invierno, no en diciembre, como parecen proponer en el gobierno provincial.
Dicho en otras palabras, si el trabajo de eliminación de reservorios fuera eficiente en el periodo interbrote, habrá bajos niveles de infestación larvaria y menos mosquitos en las estaciones cálidas del año. En Posadas, ya se detectaron índices alarmantes de infestación larvaria, que la exsecretaria municipal de salud Lilian Tartaglino admitió que eran el doble de las del año 2022.
Como es de público conocimiento, el mosquito hembra necesita ingerir sangre de mamíferos para producir huevos, y cuando pica a animales y personas, se infecta con virus y parásitos que estén en el individuo picado, pudiendo transmitirlos a un segundo individuo, al volver a picar. De ahí que los brotes de dengue se produzcan en las temporadas y en las regiones más cálidas, que es cuando los mosquitos tienen mayor actividad y se reproducen. En el caso de Aedes aegypti, es una especie que se reproduce en charcos de agua limpia, y por tal motivo se lo considera un mosquito domiciliario.
También el Hospital Materno Neotatal organizó “un comité” para el manejo multidisciplinario de la embarazada con dengue teniendo en cuenta una suba en los cuadros febriles que registra el nosocomio, sumado al hecho de que días atrás murió una gestante que atravesaba la enfermedad.
Según la afirmación del gerente asistencial de dicho hospital, David Halac, a un periódico local, “ante el aumento del número de consultas por casos de embarazadas con dengue, se armó un comité que se reúne todos los días; se toman medidas para darle la mejor atención a la embarazada y a su bebé, porque son dos pacientes. Entonces, teniendo en cuenta que el dengue se lo considera como una comorbilidad, es decir, cualquier infección durante el embarazo puede ser un problema, implica que nosotros tomemos las precauciones”.
Describió que actualmente, hay embarazadas internadas con dengue en aislamiento, con mosquitero, repelente y con tratamiento sintomático, cuya internación va de cinco a siete días dependiendo la evolución de la paciente. “Estar aisladas es clave; porque un mosquito que las pica a ellas, puede picar a otros pacientes o a los empleados del hospital”, aclaró.
El dengue es una enfermedad viral que se transmite por la picadura del Aedes aegypti y genera síntomas como fiebre alta, cefalea, dolor muscular y en algunos casos vómitos. Ante este cuadro, los médicos insisten en la consulta al centro de salud y no aconsejan la automedicación.
El riesgo en las embarazadas
“Las pacientes que están con dengue, estando embarazadas, concurren al hospital, se hace el diagnóstico y la paciente, si está muy sintomática, con fiebre, se la interna. Y se le hacen los estudios tanto a la madre como al bebé. Se hace un laboratorio a la mamá para ver cómo están los glóbulos blancos y el sistema de coagulación, sobre todo las plaquetas, porque el dengue afecta a eso. Se hace el tratamiento de los síntomas porque no tiene tratamiento terapéutico. No es una enfermedad que tiene curación, sino que tiene un ciclo de aproximadamente siete días. Hacemos el control y el seguimiento de la embarazada, y en base al cuadro, se hacen los distintos tipos de medidas paliativas: bajar la temperatura, usar paracetamol, hidratar al paciente por vía intravenosa, ponerle suero y controlamos para ver si no surge alguna complicación, que de hecho la más temida es la complicación hemorrágica”, desarrolló Halac.
En cuanto a las consultas, detalló que reciben a diario quince pacientes febriles con sospecha de dengue, una cifra alta comparada a la temporada anterior. “La vacuna para el dengue no es para embarazadas, así que lamentablemente tienen que cuidarse más. Si una paciente está embarazada tiene que cuidarse el doble”, finalizó.
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