En una reveladora entrevista en el programa conducido por Marcos Ayala, “Desalineados” de RadioUp 95.5, Pablo Velázquez, desplegó las páginas de su vida, compartiendo una narrativa repleta de pasión, compromiso y solidaridad. Durante la conversación, reveló detalles sobre su historia personal y profesional, ofreciendo un vistazo a la esencia de quién es realmente.
Nacido el 26 de abril de 1985, Pablo Velázquez en el corto tiempo de historia personal suma vivencias que van más allá de los números. “Yo arranqué muy chiquitito en los medios de comunicación, entonces siempre me pasa que, claro, la gente a mí me vio desde los ocho años, nueve años, diez años en la tele o en la radio y demás, entonces por ahí son muchos años de estar en contacto”, afirmó.
Amante de la milanesa con puré, el churrasco y un buen asado con amigos, desde su más tierna infancia, Pablo demostró un profundo amor por la comunicación y la radio. A los 8 años de edad, fundó una “radio recreativa» en su escuela primaria (San Miguel) junto con sus amigos. Después de crear un libro de cuentos de terror con su amigo, Pablo decidió que era hora de contar historias y poner música en los recreos. “Pusimos un parlante, unos micrófonos; la dirección y los maestros nos ayudaron y empezamos a hacer radio recreo”. Allí, Pablo se aventuró en el mundo de los medios de comunicación, presentando música y compartiendo historias, marcando así sus primeros pasos en el emocionante universo de la radiodifusión.
¿Pablito o Pablo?
Al preguntarle por la transición de la marca personal con la que es reconocido públicamente, pasando de «Pablito» a «Pablo», comentó: “hace algunos años sí empezamos a trabajar mucho el ‘Pablo Velázquez’, pero por una cuestión de crecimiento más que nada. Pero sí me siguen diciendo Pablito porque es como me conocen. Yo creo que tiene que ver también en algunos casos por una cuestión de cariño. La tele lo que siempre te genera o los medios de comunicación en general, lo que te generan es una relación con la gente”, valoró el comunicador, animador y además, concejal radical en el espacio Juntos por el Cambio de Posadas.
Su incursión en la Política
Durante la entrevista, también se revelaron sus primeros pasos en el ámbito político, donde anunciaba a los candidatos por micrófono. Estas incursiones iniciales avivaron su pasión por la comunicación y la expresión pública. Su compromiso con la solidaridad y el servicio a la comunidad quedó patente desde una edad temprana, mostrando una disposición siempre presente para ayudar a quienes lo rodeaban.
Su participación política adquirió mayor relevancia en la etapa adulta. El actual concejal de la ciudad de Posadas, ocupó varios cargos legislativos en su región. Aunque disfrutaba de esta labor, también expresó su inclinación por cargos ejecutivos, donde podría tomar decisiones y trabajar directamente en la implementación de soluciones para su comunidad.
Cuando se le preguntó si aspiraba a convertirse en intendente de Posadas, Pablo respondió afirmativamente, destacando su deseo de hacer contribuciones significativas para mejorar la calidad de vida de los posadeños. Si bien reconoció que esta ambición requeriría tiempo y esfuerzo, se mostró comprometido a seguir trabajando hacia esa meta. “A mí me gustan los cargos de ejecutivo porque me gusta tomar decisiones, avanzar, lograr soluciones concretas. Hasta ahora me han tocado cargos legislativos. Pero bueno, siempre seguimos trabajando para que en algún momento tengamos ese espacio, ese lugar, porque creo que esta ciudad me dio muchas cosas. Entonces, como me dio tanto, como que yo también le quiero devolver un poco de todo lo que me dieron los posadeños”, aseguró.
Su incursión en la política también se relaciona con su pasión por la solidaridad y el servicio comunitario. Pablo Velázquez es conocido por su disposición para ayudar a quienes lo rodean, y ve en la política una plataforma para extender su influencia positiva en su ciudad natal.
El chamamé como signo característico
Su amor por el chamamé, un género musical tradicional en su región, lo llevó a involucrarse en programas de radio y televisión dedicados a promover la música y la cultura chamamecera. Con el tiempo, Pablo se estableció como un referente en el ámbito cultural de Misiones, contribuyendo al reconocimiento de la música regional y sus talentosos exponentes.
“Lo primero que hice fue radio con el negro Miguel Ángel Ramírez, en lo que era FM Club, que estaba en realidad ahí por la avenida Uruguay. Allá arrancamos con lo que se llamaba ‘El Club del Chamamé’. El negro Ramírez trabajaba con mi papá en casa de gobierno”, contó sobre la persona que lo acompaña en toda su actividad chamamecera.
“Después me fui a lo que era FM Unión, Chiquitín Cabrera, que estaba en el barrio de Yacyretá. Después hubo un tiempo largo que no hice nada en los medios de comunicación, pero sí me metí mucho en la iglesia. Fui animador de catequesis y demás. Bueno, claro, y vuelvo a los medios porque obviamente, cuando estábamos en la catequesis, queríamos hacer campamento con los chicos de la catequesis y demás, y necesitábamos fondos, plata, y dijimos, bueno, hagamos un festival. Creo que fue un señor de nombre Juan que ya no vive, falleció hace algunos años ahí en la Chacra 107, que me dijo, ‘vos tenés que ir al programa de Adelio”, relató Pablo, recordando sus inicios junto al inolvidable Adelio Suárez.
“Empecé a ir todos los sábados a la siesta. Primero en la vieja LT4 ahí frente a la plaza 9 de julio. Después de ahí nos fuimos a LT4 Nuevo que estaba ahí frente a la jefatura de policía”, compartió.
En el 2005 inició ‘Chamameceros Sangre Nueva’, por radio Tupambaé y el programa rápidamente prosperó, convirtiéndose en uno de los programas de música más longevos de la región y que continúa hasta el día de hoy en sus formatos tanto de radio como en televisión.
Más allá de sus logros profesionales, es reconocido por su actitud solidaria y su voluntad inquebrantable de brindar una mano amiga a quienes lo necesitan, dejando una huella imborrable en su comunidad.
A pesar de su éxito y reconocimiento, Pablo Velázquez nunca pierde de vista sus raíces y su deseo de contribuir al bienestar de su ciudad natal, Posadas. Su dedicación y deseo constante de servir a su comunidad son rasgos distintivos de su personalidad.
El futuro, confía el comunicador, promete ser igual de vibrante y comprometido que su pasado y presente, dejando un legado de influencia positiva y generosidad en su camino. Como él mismo expresó durante la entrevista: «Me gusta ayudar y no tengo problemas con eso». Su historia es un testimonio inspirador de cómo una pasión puede transformarse en una fuerza motriz para el cambio positivo.