Según datos recientes de la Defensoría de la Tercera Edad, el costo mensual necesario para cubrir los gastos básicos de un jubilado en el país alcanzó los $1.200.523, un valor que se sitúa muy por encima de los ingresos promedio de los pensionados.
En un contexto económico cada vez más desafiante, los jubilados de Argentina enfrentan una dura realidad. Este monto refleja un incremento interanual alarmante del 75,2%, comparado con los $685.041 registrados en febrero de 2023.
El desajuste entre los ingresos y la canasta básica
El relevamiento realizado por la Defensoría se enfoca en varias zonas de Argentina donde reside la mayor parte de la población jubilada: Ciudad de Buenos Aires, el Conurbano bonaerense, Mendoza, Córdoba y Rosario. Los resultados del estudio evidencian una brecha significativa entre lo que los jubilados necesitan para sobrevivir y lo que efectivamente perciben.
A pesar de los esfuerzos por aumentar las jubilaciones, los ingresos no logran cubrir los costos esenciales. A modo de ejemplo, la jubilación mínima en marzo de 2024 fue de $350.000, que incluye un bono de $70.000. Sin embargo, esta cifra está muy por debajo del costo real de la canasta básica, dejando a muchos jubilados en una situación de vulnerabilidad económica.

Principales gastos de los jubilados
El desglose de la canasta básica para jubilados revela los rubros que más impactan en sus finanzas mensuales:
- Alimentación: $279.834 (23% del total).
- Medicamentos: $260.245 (22% del total).
- Vivienda: Este ítem abarca desde el mantenimiento de inmuebles propios hasta alquileres y estancias en pensiones.
El aumento en los gastos de medicamentos es especialmente preocupante, ya que los descuentos en remedios recetados se han reducido, y muchos de los fármacos de venta libre ya no cuentan con cobertura por parte del PAMI, lo que incrementa considerablemente el gasto de los jubilados en este rubro.
Jubilaciones y bonos congelados
En cuanto a los ingresos, la Pensión Universal para Adultos Mayores (PUAM) es de $223.297,36 más el bono de $70.000, mientras que las Pensiones No Contributivas alcanzan $265.385,19, con el mismo bono adicional. Sin embargo, el bono, que ha sido de hasta $70.000, se encuentra congelado desde marzo de 2024, cuando debería haber sido ajustado a $145.000 debido a la inflación.
Este congelamiento ha dejado a los jubilados con una compensación económica que no se adapta a la acelerada subida de los precios, lo que agudiza la desigualdad entre sus ingresos y los costos de vida.
Aumentos y ajustes insuficientes
En lo que va de 2025, los aumentos por inflación han sido bajos, con incrementos de 2,43% en enero, 2,7% en febrero y 2,21% en marzo, lo que da un 7,5% acumulado en el primer trimestre. Sin embargo, estos aumentos no han sido suficientes para compensar la disparidad entre la inflación y los haberes jubilatorios.
Los jubilados con la mínima recibieron un ajuste del 5,9% debido al congelamiento del bono, mientras que los beneficiarios de la PUAM tuvieron un aumento del 5,6%, y las Pensiones No Contributivas subieron un 5,4%. A pesar de estos ajustes, la pérdida de poder adquisitivo sigue en aumento, lo que coloca a millones de jubilados por debajo de sus necesidades básicas.
La desigualdad sigue creciendo
Este panorama refleja una profunda desigualdad y una falta de políticas públicas eficaces para garantizar que los jubilados puedan mantener un nivel de vida digno. Con un costo de vida que sigue subiendo y una pensión mínima que no llega ni a la mitad de lo que se necesita para cubrir los gastos básicos, la situación de la tercera edad en Argentina se torna cada vez más crítica.
El desafío es claro: garantizar que las jubilaciones no solo sean un derecho, sino que efectivamente permitan a los adultos mayores vivir con dignidad. Mientras tanto, muchos de ellos continúan luchando cada mes para llegar a fin de mes, con un poder adquisitivo cada vez más reducido.
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Fuente: (Noticias Argentinas)