Es lamentable que en estos tiempos la mayoría de las personas solamente leen los titulares, pero no el contenido de cada noticia en general. Esta semana en Misiones las autoridades educativas festejaron ampliamente en casi todos los medios cautivos de la provincia el hecho que aumento el índice de estudiantes que termina en tiempo y forma los años lectivos.
De cada 100 alumnos que comenzaron el proceso de educación formal en 2011, 45 terminaron en tiempo y forma sus periodos de educación terminado el colegio secundario.
Lo que se olvidan de comentar es que en este proceso educativo que mencionamos solamente 13 de estos 45, terminan con los aprendizajes necesarios y obligatorios de matemática y lengua. Que casi el 90 % de los estudiantes que terminan el colegio secundario no consiguen realizar ejercicios simples de comprensión de texto, reglas de lenguaje, ortografía y/o gramaticales. Que el 80% solo consigue hacer cálculos matemáticos de problemas en regla de 3 simple y con no más de 3 dígitos, aunque consiga realizar las cuatro operaciones básicas de matemáticas.
Ni hablar de mencionar que de estos 13 alumnos que terminaron en tiempo y forma el colegio secundario, probablemente uno solo terminará la universidad en tiempo y forma.
Eso sí, en grandes letras informar que tenemos más alumnos que terminan en tiempo y forma, son más que en Corrientes, Chaco y Formosa, adonde solo 38 lo hacen. Ni se menciona que el índice nacional es del 61 por 100.
Y que para poder conseguir ese índice hubo que permitir que pasen de año primero con 5 materias pendientes hoy ya se puede hasta con siete y de dos años anteriores… Que se destruyeron los contenidos del sistema educativo, tornando la mayoría de ellos obsoletos por definición y no más aplicables al sistema educativo.
También es cierto que la base de nuestro sistema educativo se establece en finales del siglo XIX y estamos educando a jóvenes del siglo XXI…
Históricamente, desde el comienzo de nuestra sociedad moderna, cuando en sus albores nace la lecto-escritura y los sistemas matemáticos, el conocimiento es y fue poder y estaba restricto a algunos sectores de religiosos y/o poder político.
Hasta el comienzo de los estados modernos el acceso al conocimiento (lecto-escritura y/o matemáticas, etc.) generó las castas políticas que gobiernan el poder político y el religioso, pero empieza a ser compartida con los demás sectores de la población hasta que básicamente en el mundo moderno de la década del 60, 70 y 60 casi el 80% de la población. Ya en los 90 entra a declinar, en el momento que la información y el conocimiento están disponibles (aunque a veces sean de dudosa calidad o contenido) es donde dejaron de ser valorados como necesarios.
Se desvaloriza la educación formal, valorizando conocimientos alternativos o relativos. Y se tiende a hacer creer que la ascensión social ahora es dada por otras categorías y no necesariamente por el proceso educativo.
Y así estamos creando y criando a la tercera generación adonde el QI es inferior a su generación anterior.
A esto hay que sumarle candidatos a la presidencia que nos mueven el eje del discurso para volver a discutir Educación pública o privada, gratuita o paga, laica o religiosa en vez de estar discutiendo que tipo de país queremos, que bases educativas, sistema de aprendizaje o sistema de valorización docente vamos a utilizar.
Es hora que volvamos a discutir qué País queremos, para de ahí establecer un nuevo modelo educativo y sus bases pedagógicas.
Sarmiento, volvé, que me parece que te perdonamos.
Julio Eduardo “Wally” Olmo Mandagarán
Sociólogo y Analista Político