Estas denuncias abarcan una variedad de problemas que afectan la calidad de vida de los estudiantes, desde graves deficiencias en las instalaciones eléctricas y de agua hasta la falta de acceso a servicios esenciales como Internet. Con el paso de los meses, la situación no solo no se resolvió, sino que también empeoró, lo que genera creciente preocupación entre los estudiantes afectados.
Un persistente grupo de estudiantes de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) alzó su voz para denunciar las deplorables condiciones en las que viven en el albergue universitario ubicado en la zona del campus de Miguel Lanús. Ludmila Fernández, una de las estudiantes que habita una de estas viviendas, compartió sus experiencias y preocupaciones sobre la situación actual.
Cuando se le preguntó sobre la falta de agua, Fernández señaló que los cortes de agua son un problema constante que afecta a todos los estudiantes. “Cada día nos quedamos sin agua, a veces por la noche y no regresa hasta la tarde del día siguiente. Esto llevó a que muchos estudiantes consideren abandonar sus estudios, ya que mantenerse en estas condiciones se volvió insostenible”, explicó.
La humedad es otro problema crónico que afecta las viviendas de los estudiantes, especialmente durante la temporada de lluvias. Las filtraciones de agua en las paredes y el piso crearon un ambiente insalubre que afecta la calidad de vida de los residentes. Además, la construcción en las inmediaciones del albergue provocó inundaciones, lo que dificulta el acceso al comedor del campus. Los estudiantes se ven obligados a cruzar áreas inundadas y caminos irregulares, lo que resulta en situaciones incómodas y peligrosas.
La falta de claridad sobre quién debe hacerse responsable de los albergues fue un obstáculo adicional para resolver estos problemas. Algunas casas dependen de la Secretaría de Asuntos Estudiantiles de la Universidad, mientras que otras son responsabilidad de los municipios locales. Esta falta de coordinación dejó a los estudiantes en medio de disputas y sin recursos adecuados para mantener las viviendas en condiciones seguras y saludables.
Se estima que alrededor de 400 estudiantes se encuentran en situaciones similares en el campus de la UNAM. Muchos de ellos no tienen otra opción que vivir en estos albergues, ya que no pueden permitirse alquilar en la ciudad. A pesar de las dificultades, los estudiantes mantienen su lucha constante en busca de una solución.
La falta de apoyo y la ausencia de información clara por parte de las autoridades universitarias y los municipios locales llevaron a una situación en la que los estudiantes se sienten abandonados y desatendidos. A pesar de sus esfuerzos, las mejoras significativas en las condiciones de vida en el albergue universitario de la UNAM aún no se materializaron, lo que llevó a una creciente indignación y determinación por parte de los estudiantes afectados.